Inobservancia
Los crepusculares terminaron el campeonato sin poder cumplir la meta que se propusieron desde la mitad del torneo Apertura, estar entre los primeros seis lugares. Emularon lo hecho en el Clausura 2014, y no es que de forma parecida, fue precisamente igual: en 17 partidos, cosecharon tres derrotas, tan solo cinco victorias y nueve empates. Lo que en la totalidad del período de Rafael Dudamel frente al Lara, arroja los siguientes números: 34 partidos, con 10 triunfos, 6 derrotas, y 18 empates.
Los números hablan por sí solos, aunque sería sencillo analizar solo estadísticamente al equipo rojinegro, cabe destacar que este torneo se dividió en dos fases para el Lara. Una primera mitad con un pésimo arranque futbolístico, diferencias entre la prensa y el director técnico, que hicieron que el equipo viviera momentos amargos; o sea, esta campaña hubo mucha Turbulencia en el discurso en la institución.
La segunda parte fue todo lo contrario: al sufrir un traspié con el Aragua FC, logró levantar, y mucho. Permaneció invicto durante ocho partidos consecutivos (fue la segunda mejor racha del torneo). En ese camino consiguió cuatro de las cinco victorias del Apertura, y los cuatro empates fueron de otro color, otra textura, la forma en conseguir esos resultados fue distinta, el equipo mostró mejor fútbol, juego colectivo e, incluso, se sintió más armonía en los entrenamientos. El trabajo del director técnico empazaba a dar frutos. El gran momento sirvió de bandera para que todo el club se trazara el compromiso de estar en las primeras seis casillas.
Y hago énfasis en ese propósito, porque estuvieron a un paso de obtenerlo, repito: a un paso, pero en la última jornada, en Puerto La Cruz, cortaron la racha sin perder y vieron como se venía abajo la idea trazada, la victoria les daba los puntos que necesitaban para estar en el quinto o sexto puesto, pero el Deportivo Anzoátegui se encargó de aniquilar los planes larenses, los venció.
Un Deportivo Lara ineficaz la primera vuelta pesó para arruinar los planes trazado en la segunda, la cual terminó con el peor escenario posible: con derrota en el peor de los días. Tendrán que mejorar para el Clausura 2014, un octavo lugar no puede ser suficiente para un plantilla que posee elementos para disputar y hasta ganar el campeonato. Tocará esperar y ver si logran hacerlo, ya no puede haber excusas.
La falta de observancia los llevó a un déjà vu, que comparaba el primer torneo con Dudamel al frente con este que recién terminó. Tratarán, mostrando el buen fútbol de las útlimas fechas, pelear, no desde la mitad, sino desde el arranque de la competición, por estar de primeros en la tabla.