Contra reloj (Bolivia 3-2 Venezuela)
Contra reloj (Bolivia 3-2 Venezuela)
VinotintoPartidos

Contra reloj (Bolivia 3-2 Venezuela)

Lizandro Samuel
2014-11-18 19:07:12
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Venezuela perdió los dos amistosos de esta doble fecha FIFA

  1. Cuenta un asistente del cuerpo técnico de Chita durante su estadía en el Caracas F.c, que en alguna concentración en Maracay, el DT a las 3:30 am paseaba por las habitaciones de los entrenadores para indicarles que ya arrancaba la jornada laboral. Igualmente, desde la FVF han llegado palabras de sorpresa por la intensidad (Misma que le faltó a muchos jugadores frente a Bolivia) del trabajo de Noel Sanvicente. Más que positivo, es necesario que mantenga ese ritmo, pues el trabajo se acumula, las interrogantes merecen más ensayos en búsqueda de respuestas y –a estas alturas– las certezas son pocas.
  2. En planteamiento de Venezuela fue distinto: más cauto. Un 4-3-3 en defensa posicional que mutaba un poco en el ataque posicional, con Arango recibiendo por dentro y –en ocasiones– más retrasado que Josef y Mario R. Lucena fungió de mediocentro, Acosta y Luisma fueron los interiores. De este modo el equipo se plantó en zona 3. Una vez que Bolivia superaba la primera línea de marca, Venezuela aglutinaba gente en zona 1. Al parecer, como en dicha zona no han podido recuperar por sistema, ni –menos que menos– por talento, la “solución” estaba en aglomerar gente.
  3. Bolivia, en el primer tiempo, realizó buenas triangulaciones. Mantuvo un bloque corto que buscaba dañar a Venezuela con una tenencia llena de ritmo y con cambios constantes en zonas, la fórmula aproximada para dañar con la posesión era honrada por el equipo local: tres pases cortos, uno largo (Repito: fórmula aproximada).
  4. El modelo de juego de Bolivia también buscaba cubrir una de sus falencias: la línea de fondo. En el mano a mano los jugadores de la defensa son muy endebles, en varias ocasiones del primer tiempo Mario R., Arango, Josef y Seijas –de gran despliegue físico– lograron desequilibrar por peso propio. La selección local, para evitar que esto sucediera, aparte de sus tenencias de calidad, se valió de una presión muy intensa que desnudó el bajo nivel de varios venezolanos.
  5. Bolivia creó mucho peligro en el primer tiempo, no solo por mérito propio: Lucena y Acosta mostraron estar por debajo del resto de sus compañeros en lo referido a la intensidad competitiva. Ambos derrochan talento, inteligencia y claridad para jugar, pero todo lo hacían con segundos de retraso: sabían adónde ir, pero llegaban tarde; se posicionaban bien para las intersecciones y anticipaciones, pero usualmente el rival los superaba; tenían claro, con la pelota, a qué lugar tocar, y, lamentablemente, se veían forzados al momento de realizar las ejecuciones.
  6. Al margen de una media cancha que no se mostró a la altura (Sin echarle la culpa a La Paz) del ritmo competitivo internacional, Bolivia también encontró complicidad en el gran cúmulo de errores que cometieron los cuatro de atrás durante todo el cotejo: Vizcarrondo y Wilker Ángel hacían temblar al equipo cuando la pelota iba hacia ellos; Chichero perdió demasiados duelos y erró muchos pases; Alexander, el mejor de los cuatro, se equivocó un algunas veces y maquilló los fallos con un par de buenas subidas, una de las cuales acabó en gol.
  7. Un detalle importante de resaltar es la salida: Dani arrancó jugando en largo todo el partido; esto, aunado a la presión de Bolivia, evitó que Venezuela, en el primer tiempo, tuviera siquiera un asomo de juego asociado o posesiones peligrosas. Lo poco logrado en ofensiva fue más merito de uno o dos jugadores, en jugadas puntuales, que otra cosa. También se debe aclarar que el detalle de la salida se comprende al ver las diferentes intensidades de ambos equipos: hubiese sido un suicidio salir en corto.
  8. En el segundo tiempo Venezuela mejoró un poco, no en la defensa posicional ni en las transiciones ataque-defensa, sino en el ataque posicional. ¿Merito propio? Me parece, hubo más desmerito del rival: Bolivia se disgregó –el equipo se hizo más largo y los jugadores establecieron muchos metros de de distancia entre ellos, no solo de forma vertical sino también horizontal– lo que le dio aire a los asfixiados venezolanos: sobre todo a Lucena, Acosta, Cichero y Arango.
  9. La entrada de Otero supuso una mejoría colectiva. Luego de efectuarse también la salida de Arango por Miku, Venezuela se paró con 4-2-3-1, con Lucena y Luisma en primera línea, Miku de punta, Josef por detrás y Otero y Mario R. por los costados –izquierda y derecha respectivamente–. En cosa de minutos, Otero aportó lo que Acosta y Arango no pudieron: intensidad, y, además, un toque de desequilibrio.
  10. ¿Cuántas veces he repetido la palabra intensidad? Es que por la misma pasa buena parte del análisis. No se vislumbra sencillo encontrar volantes de primera línea aptos para partidos internacionales (¿Por qué no hemos visto a Signorelli?). Igualmente, preocupa mucho el pobre nivel desempeñado durante la defensa posicional en zona 1, las carencias de algunos defensores, la falta de laterales izquierdos y la ausencia de un marcador central de mayor jerarquía (Amorebieta es quien, con regularidad, tendría más nivel en esa zona del campo; así y todo, puede que haga falta un jugador que marque más diferencia).
  11. Mucho por hacer tiene este cuerpo técnico. A la afición hay que pedirle paciencia y cordura, se debe entender el proceso y el contexto. Los jugadores del torneo local que quieran estar en la Vinotinto deberán exigirse más afondo en el día a día en sus equipos, así el nivel del torneo no lo requiera (Se entiende esto no es sencillo). Cabe resaltar, el reloj será el mayor enemigo de este proceso: los demás países nos llevan meses de ventaja. Las excusas, hay que decirlo, tampoco valen. Paciencia, trabajo y fe.

PD: Juan Arango puede aportar mucho a este proceso; sus detractores deben comprender que está en la fase final de su carrera, no será protagonista –como sí, quiero suponer, lo serán Rosales, Tomas, Mario R. y Salomón–; de igual forma, roza lo incoherente pedirle a Arango las cosas que nunca ha tenido: electricidad, vértigo, cambio de ritmo; por el contrario, su inteligencia y su zurda están al servicio del proceso. Mientras corra, sumará.

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