Chile está en otro nivel (Chile 5-0 Venezuela)

1. Como si de un videojuego se tratase, el ciclo de Chita arrancó con tres propuestas arriesgadas, cada una más desafiante que a la otra: nivel 1, Corea del Sur; nivel 2, Japón; nivel 3, Chile. Si los dos primeros niveles fueron difíciles, el tercero fue imposible.
2. El 6 de septiembre del 2013 Chile le ganó a Venezuela, 3-0, en el antepenúltimo partido de la Eliminatoria para Brasil 2014. El primer de tiempo de Chile, ese día, fue una de las exhibiciones de fútbol de más alto nivel que se vieron en todo el 2013. Las diferencias entre amabas selecciones no datan exclusivamente al más reciente amistoso. La Roja es, institucional y deportivamente, superior a Venezuela desde hace años.
3. Hay que conocer el pasado para entender el presente: el proceso de Venezuela, con Chita al frente, recién comienza; antes del actual DT estuvieron dos entrenadores de perfiles muy disímiles, Richard Páez y César Farías, esto se ha repetido en las selecciones menores. En Chile, sobre todo luego de la llegada de Marcelo Bielsa, todas las selecciones menores tienen tiempo siguiendo una misma línea de trabajo; los más recientes entrenadores de la absoluta han sido Bielsa, Claudio Borghi y Jorge Sampaoli, todos de perfil similar. Por último, el proceso actual está en su pico más alto y en continua subida; mientras que el proceso actual Vinotinto está en perido de organización.
4. Los primeros diez minutos fueron un desafío para los pulmones. La intensidad Vinotinto obligó a la Roja a exigirse. Con una presión alta –ya una marca de esta nueva Vinotinto– la selección de Chita logró, solo por esos 10 minutos, desafiar a la lógica y verse en un nivel cercano al chileno. El equipo de Sampaoli no tardaría en ordenar las cosas.
5. Pese a la presión alta del rival, Chile logró elaborar una salida, generalmente corta, muy prolija. Ningún jugador local se amilanó ante la presencia de Miku, Arango, Feltscher, Mario Rondón y cualquier otro que fuera, incluso, hasta zona 1 chilena (Zona 4 Vinotinto); por el contrario, incluyendo al portero Bravo en los pases y recibiendo el apoyo de los tres volantes de primera línea, lograban colocar la pelota en los lugares más convenientes para su causa.
6. Luego de la salida todo era muy fácil: el Mago Valdivia se le escurría a Acosta y Edgar Jiménez, en parte por virtud individual, en parte por virtud colectiva. Alexis o/y Vargas rompían hacia atrás para apoyar al Mago, los volantes de primera línea progresaban por la banda, bien fuera por dentro o por fuera –en función a las escaladas de los laterales–, así Chile generaba una superioridad numérica en su zona 3 que aturdió durante todo el partido a Venezuela.
7. Entre los volantes de primera línea (Acosta y Edgar) y los centrales venezolanos (Vizcarrondo y Perozo) recibían los chilenos con facilidad. Peor era en las bandas: a lo largo de todo el partido el equipo de Sampaoli aprovechó las bandas sin encontrar mayor oposición al respecto. En el primer tiempo, la última línea de Venezuela se comprimía en la defensa posicional cuando el rival pasaba la mitad de la cancha, esto, supongo, para cuidarse de los desmarques diagonales y las rupturas de Alexis y Vargas, pero al cerrarse tanto hacia el medio, Chile colocaba al menos dos jugadores o por la izquierda o por la derecha en su zona 4 (Zona 1 venezolana) lo que era garantía de jugada de gol. En el segundo tiempo, por el contrario, Venezuela llegó a meter hasta 7 jugadores dentro su área para protegerse del asedio chileno. Léase bien: ¡siete jugadores! Si bien de esta forma seguía regalando las bandas, lo preocupante fue como 3 o 4 jugadores chilenos podían causar tantos desastres. En el segundo tiempo se desnudó una de las carencias contra las que tendrá que pelear Chita: las deficiencias de formación en técnica defensiva de algunos jugadores.
8. ¿Cuántos chilenos había en cancha? El dinamismo era abismal. En todas las facetas del juego, y en cada zona de la cancha, lograban sumar muchos jugadores muy rápido. Esta selección aglutina técnica, intensidad, inteligencia y claridad. Se trata de uno de los más firmes candidatos a ganar la próxima Copa América, siendo, igualmente, uno de los equipos –a nivel de clubes y selecciones– que mejor juega en todo el mundo.
9. A Venezuela, por el contrario, le costó sumar hombres en ataque. Luego de hacer recuperaciones, la intensidad y la buena colocación del rival apenas le permitían juntar uno o dos jugadores, los cuales solían verse obligados a efectuar largas e infructuosas carreras en búsqueda de un poco de espacio.
10. Este fue el tercer partido de Chita con la Vinotinto, fue, también, en el que se vio una salida más desprolija. Si la salida es deficiente, el juego será deficiente. Venezuela nunca encontró claridad con el balón.
11. Más allá de las diferencias tácticas en la internalización del modelo de juego, las diferencias técnicas entre los jugadores de ambas selecciones resultaron abismales. Al margen de eso, debido a la superioridad del equipo ganador, sería complicado hacer un juicio de rendimiento hacia los jugadores venezolanos: si como colectivo se estuvo mal, es evidente que individualmente todos estuvieron muy mal; acaso podría rescatarse el buen momento de Mario Rondón.
12. ¿Alarma tras el resultado?, ¿tras el desempeño del equipo? Para nada. Era algo previsible, una goleada lógica, que solo certifica algo: estos jugadores y este nuevo cuerpo técnico tienen por delante una tarea muy desafiante que roza lo titánico, las mediocridad de la FVF les hizo mucho daño y para reponerse a la misma solo hay un camino (Sí, adivinaron): trabajo, trabajo y más trabajo.

PD: 1) Chita necesita ver y evaluar jugadores. Ya vio a Miku en tres amistosos y un módulo, ¿será necesario insistir con él en el futuro? 2) Rómulo Otero debutó en este nuevo proceso. De los jugadores del torneo local es el único que hoy por hoy no debería despertar dudas en sus convocatorias a la selección. Dependerá de muchas cosas el futuro de este chicho, pero es de los jugadores más talentosos, y con mayor proyección, que ha visto Venezuela en los últimos diez años. Si todo sale bien, será muy importante en la selección.