Paren el “bullying” al fútbol venezolano

Un término tan popular y tan de moda actualmente en nuestra sociedad, como es el “bullying” (acoso, en español), se lo están aplicando al fútbol venezolano por tanto desvarío y tanto desorden. La estructura piramidal de nuestro balompié está fallando desde el pico de dicha pirámide, pasando por el interior de la obra, hasta las amplias bases que sujetan la misma.

El problema no está solamente en el andar de la FVF; la culpabilidad de los equipos es cada vez mayor, inclusive hasta parte de responsabilidad tienen algunos jugadores al callarse tantas cosas por guardar su puesto en el equipo, o su lugar en el 11 titular.

La Federación Venezolana de Fútbol, con presidente encargado desde hace algún tiempo y con tantas grietas entre su propio tren directivo, es la punta de la pirámide. Son los que están más arriba, gerenciando el fútbol venezolano mirando hacia abajo, pero con unos binoculares que parecieran estar muy empañados.

Se permite cualquier cosa, como jugar en canchas inundadas, en canchas en deplorables condiciones o con arbitrajes de muy bajo nivel y sin sanciones hacia los mismos; cuestión contraria sucede con los jugadores y CT de los equipos: mínima falla, suspensión.

Más abajo, en el interior de esa pirámide, los dueños de equipos, gerentes y directivos hacen desastres con –en realidad sería contra– sus clubes. Faltas que van desde alinear jugadores que estaban suspendidos y perder opciones de ir a copa internacional, pasando por “engordar” la cifra de asistencia en los estadios y “quedar mejor parados”; hasta la más reciente, el viaje de Estudiantes de Mérida FC por aire, en avión militar, y llegando a Puerto Ordaz para el juego ante Mineros en el CTE Cachamay (fecha 8 del Apertura 2014) apenas una hora antes del pitazo inicial, sin que la delegación hubiese almorzada.

Finalmente, en la base de dicha edificación, radica su trozo de culpa en los jugadores de nuestro fútbol. El pan nuestro de cada día han sido las deudas multi-mensuales que han llegado a tener los dueños y gerentes de equipo para con sus profesionales del balón. Muchas son las historias, Guaros de Lara FC, Deportivo Lara, Estudiantes de Mérida en más de una ocasión, Mineros de Guayana; en fin, son muchos los ejemplos para citar. Ante esta situación los “balompedistas” siguen jugando, guardan silencio y una que otra vez reaccionan. El callar esos problemas, y no reclamar lo que les corresponde por ley, por contratos y por moral, es el gran error en su papel dentro del fútbol venezolano.

Lo peor de todo el bullying a nuestro fútbol es que seguirá y no hay reacción.

Por último, una parte relevante de responsabilidad también la tienen -en la mayoría de las ocasiones- algunos medios y periodistas que se guardan las cosas y solamente tocan la parte evidente, estadística y no van más allá.

Hay que hacer que esa pirámide brille bajo el sol, que sea una obra de arquitectura futbolística que deslumbre a las estrellas en el universo; solamente así lograremos que nuestro torneo venezolano y nuestro balompié crezca.