Se buscan hinchas
La fanaticada del fútbol venezolano en los últimos años se ha inclinado solamente a apoyar en masa a la selección nacional
Nos encontramos a poco menos de tres semanas de que empiece una nueva temporada de la liga venezolana de fútbol profesional. Ya los equipos se encuentran en pretemporada, la mayoría dentro del territorio nacional. También ya empezó el mercado de transferencias de jugadores. Los directivos tienen la misión de obtener a los mejores fichajes a un costo accesible, haciendo todo lo posible para responder a las expectativas de la afición. Un momento, ¿cuál afición? La fanaticada del fútbol venezolano en los últimos años se ha inclinado solamente a apoyar en masa a la selección nacional. Una de las razones de este hecho es que los directivos, llámese F.V.F, han puesto todo su ingenio en hacer de la selección un producto comercial. En cambio, a la liga la han olvidado y no le han puesto el interés necesario. En este país en muchos ámbitos se acostumbra a construir la casa por el techo.
Venezuela es, por excelencia, un país donde el deporte favorito es el beisbol, la afición hacia los 8 equipos que conforman la LVBP no se cuestiona, no solo porque la liga es independiente de la federación sino porque los equipos son instituciones duraderas que han sabido vender su producto. En Caracas, por ejemplo, hay dos equipos que juegan en el Estadio Universitario de Beisbol: Tiburones de la Guaira y Leones del Caracas, los dos conjuntos tienen algo en común, son empresas económicamente estables y su origen data de más de 50 años.
En el futbol y llevando la analogía a la ciudad capital, tenemos a 5 equipos: Caracas FC, Deportivo Petare, Atlético Venezuela, Deportivo La Guaira y Metropolitanos FC en la Primera División. Son 5 divisas para una ciudad que tiene aproximadamente 5 millones y medio de habitantes. Con respecto al número de habitantes no habría ningún problema ya que existe fanaticada suficiente para 5 equipos. A pesar de que las comparaciones son incomodas se puede mencionar que en Londres o en Buenos Aires hay más de 5 equipos en la liga local y los hinchas que se dirigen al estadio son muy numerosos, al menos más de los que pueden ir al Estadio Olímpico de la UCV a ver al Deportivo Petare.
¿Cuál es el problema? Desde mi punto de vista la fanaticada venezolana, y la capitalina específicamente, está cansada de falsas propuestas y falta de espectáculo. Además, sería bueno agregar que somos una fanaticada resultadista, si el equipo va bien vamos al estadio, si juega un torneo internacional y viene un grande de Sudamérica, como Boca Juniors o Santos, se despierta el interés del hincha y uno a uno se van llenando los asientos; lo que además hace entrever la notable adoración hacia colores extranjeros, ninguneando las valiosas mejoras que han tenido lugar en el fútbol nacional. Quizás el problema de fondo es que los directivos en muchas ocasiones son políticos o empresarios que ponen el capital pero en realidad no saben nada del marketing de fútbol.
Hasta ahora el que ha hecho mejor las cosas en Caracas son los Rojos del Ávila, un equipo que se fundó con otro nombre en el año 1984: Yamaha. Luego pasaría a llamarse como lo conocemos hoy en día, Caracas FC. Los Rojos, gracias a capital privado, buen manejo de categorías inferiores en adición con remarcables resultados deportivos en el torneo local e internacional y una buena campaña publicitaria, lograron enamorar a un sector de la población caraqueña, creando una fanaticada que hoy se perfila entre las mejores del fútbol venezolano.
El Caracas FC se muestra para los demás conjuntos del futbol venezolano y específicamente de la capital, como un ejemplo a seguir. Sin embargo, lo más complicado no es llegar sino mantenerse. Y el Caracas FC ya lo siente en carne propia, en los últimos años la afluencia al estadio cuando el Rojo es local ha decaído, lo que podría deberse a los malos resultados que han conseguido desde el 2011.
Otro equipo que hace vida en la capital y en otro estadio –Estadio Nacional Brígido Iriarte– es el Atlético Venezuela, se fundó en el año 2009 y ya para la temporada 2010-2011 participó por primera vez en Primera División. El Atlético Venezuela tenía la dura tarea de tratar de llevar público a las gradas de un estadio que se encuentra en pésimas condiciones; además de eso, los altibajos que sufrió el equipo Nacional no ayudaron a futuros hinchas a acercarse a apoyarlos. Luego de un cambio de directiva y un poco de ayuda del Estado, situación habitual en el fútbol venezolano, Atlético mejoró y logró establecerse con mayor tranquilidad en Primera. Las cosas empezaron a funcionar mejor, pero el contacto con la fanaticada siguió y sigue siendo un problema.
Como gran ejemplo de resolución de estas dificultades y de incentivo a la presencia en los partidos se puede tomar a Alemania, donde el flujo de fanáticos es muy significativo debido en gran parte a los económicos precios de las entradas. La razón del bajo costo de la entrada radica en la importancia que tiene en el ámbito futbolero alemán el dinero proveniente de publicidad y derechos televisivos; lo que permite brindar uno de los mejores shows del deporte europeo sin depender de lo que produzcan las taquillas. A un nivel gerencial es mucho más llamativo lo que provoca un estadio repleto que lo que pueda generar la alza de entradas. Comparar el fútbol alemán y el venezolano está completamente fuera de lugar, pero podría beneficiar conocer el funcionamiento del otro lado del charco, y tratar de implementarlas en el deporte nacional.
El 10 de agosto iniciará otra temporada y Caracas FC, Atlético Venezuela, Metropolitanos FC, Deportivo La Guaira y Deportivo Petare intentarán, además de conseguir resultados deportivos favorables, llamar la atención del difícil público caraqueño. Para ello no solo es necesario ofrecer un buen espectáculo sino ofrecer al hincha, cansado de equipos que van y vienen, un marco de estabilidad de manera que pueda sentirse parte de una familia futbolera, impregnando de pasión las gradas nacionales.