El regreso de una generación
El regreso de una generación
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El regreso de una generación

Alfredo Ron
2014-05-08 09:56:26
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La temporada 2013-2014 ha reunido a los miembros de la generación más exitosa del fútbol venezolano

Si hace diez años alguien le dijera a un aficionado del fútbol venezolano que Giancarlo Maldonado, Ricardo David Páez, Luis Vallenilla Pacheco, José Manuel Rey, Alexander Rondón, Miguel Mea Vitali, Héctor González y Jorge Rojas estarían al mismo tiempo integrando alguna de las dieciocho nóminas que componen la Primera División del Fútbol Venezolano en la temporada 2013-2014, posiblemente creería que es broma. Pero no sólo eso, agréguele a este escenario, que Richard Páez se encuentre dirigiendo en el mismo torneo y que ninguno de los jugadores mencionados sea parte del Caracas Fútbol Club. Algo extraño ¿cierto? 

Muchas cosas han sucedido en esa retrospectiva que de manera imaginaria se hace de una década atrás. Todos los jugadores mencionados culminaron su etapa en el fútbol extranjero, en la selección de Venezuela, todos han ido sufriendo el castigo inclemente del calendario, y el Caracas Fútbol Club dejó de ser el club que recibía a quienes decidían volver a jugar en Venezuela para ser una institución que privilegia los jóvenes talentos. 

Aquella generación fue la que dio las primeras campanadas a nivel juvenil, a nivel de la selección absoluta y coqueteó la posibilidad de trascender en una Copa Libertadores, amén de la participación del Deportivo Táchira en 2004, el Caracas Fútbol Club en 2008 y el recordado Estudiantes de Mérida de 1999.  El torneo local se ha colmado de estos jugadores, ha ganado prestigio y experiencia con su presencia, y además, las figuras jóvenes han encontrado en ellos, interesantes tutores. 

La interrogante que valdría hacerse en este sentido, es qué será del futuro de esta generación, cuál será su aporte para las nuevas figuras y cómo esto podrá repercutir en el torneo local. Si algo diferencian a estos jugadores de figuras como Salomón Rondón, Fernando Amorebieta, Dani Hernández o Frank Flestcher, quienes tomaron el testigo y que aún no han podido romper el maleficio de clasificar a una Copa del Mundo de mayores, es el hecho de que los primeros sí cocinaron su desarrollo como futbolistas en el torneo venezolano, conocen el estilo del balompié criollo, son hijos de las fanaticadas de cada club y se han fortalecido a partir de  las dificultades que año a año presenta el fútbol profesional venezolano.