El partido que definió el clásico
Venezuela tendría su clásico, partido que crece año tras año desde entonces
La Copa Bolivariana de Venezuela fue un torneo de transición que pasó de un formato de más de 14 equipos en Primera a reducirlo a diez equipos los cuales se jugarían la máxima categoría de nuestro balompié hasta el año 2007, que se adoptaría el formato actual. Sin querer, de esta copa nacería un clásico, gracias a la final entre Deportivo Táchira y el Caracas FC.
Para la fecha, el Deportivo Táchira era el vigente campeón; se había titulado por quinta vez además de adoptar de nuevo el nombre original después de jugar por más de diez años bajo el nombre del Unión Atlético Táchira en una fusión con el Atlético San Cristóbal. Ya en este punto eran, junto al Portuguesa FC, los máximos ganadores del torneo local. Mientras que el Caracas FC tenía tres títulos en Primera División, lejos de la potencia que es hoy, era un equipo con muchos altibajos. Había quedado opacado por una mala gerencia que repercutió en toda la década de los noventa, a pesar de haber ganado dos títulos.
El Aurinegro, indiscutiblemente favorito, era dirigido por Walter “Cata” Roque y contaba en sus filas a Gilberto Angelucci, Wilfredo Alvarado, Ricardo David Páez, Luciano Roque; el Caracas, bajo la dirección técnica de Carlos Horacio Moreno, partiría con clara desventaja por tener que ser local en el Guiseppe Antonelli de Maracay en vez de su habitual sede, el Brígido Iriarte; quedaba a merced de jugar la final con ambos partidos fuera de casa. ¿Su mejor arma?, la excelente plantilla: César Baena, Rafael Mea Vitali, Jorge Rojas, Héctor González, Stalin Rivas, Alexander Rondón, entre otros.
El partido de ida se efectuó en el ya mencionado estadio maracayero el 10 de Diciembre del 2000 en un partido digno de una final, dominado casi por completo por el Caracas FC, que con goles de Héctor “El Turbo” González y Jorge Rojas parecía definir la final antes de jugar la vuelta; pero un gol de Giovanni Daniel en tiempo de descuento dejaría el tapete servido para un partido de vuelta en un abarrotado Pueblo Nuevo de San Cristóbal siete días más tarde.
Y así fue, en un marco espectacular, en San Cristóbal se jugaría la vuelta de la final el 17 de diciembre. La consigna era ganar como sea, recordando que el Caracas no era considerado un equipo grande para ese entonces y el Táchira estaba obligado a levantar el título. El partido se movió rápido y el dominio Aurinegro era absoluto, tal es así que ya en el minuto 52 iban ganando 2-0 con goles de Claudio Rivadero. Del título lo separaban 40 minutos. Ederlei Pereira nuevamente metería al juego al Caracas con un gol de descuento al mininuto 76, lo que llevaría a la definición en el punto penal. O eso se creía. Pero Stalin Rivas sentenció el partido para el “Rojo” casi finalizando el partido para darle el título al visitante.
Si no fuera poco el partidazo, el día iba a pasar de claro a oscuro cuando la hinchada local, enardecida, invadiera el campo. La situación prendería su mecha definitiva cuando Alexander Rondón le respondiera con una patada a un hincha local. La situación se volvió incontrolable. ¿El Resultado? Mucho caos, unos cuantos heridos, situación de pánico y una imperdonable escena dónde en pleno campo de juego se quemó el autobús del Caracas. Y así nació el Clásico en Venezuela.
Este fue el reportaje del post-partido:
¿Consecuencias?
La noticia no dejó indiferente a nadie. Hinchas, o no, del fútbol tomaron con desagrado el desastre luego de terminar uno de los partidos más emocionantes de nuestro fútbol. El Deportivo Táchira fue multado severamente con la suspensión de su cancha en Pueblo Nuevo y nacería la prohibición de vender alcohol dentro del estadio. La hinchada del Táchira recuerda ese día como el “Día del hincha Aurinegro” y en cada partido contra el Caracas se revive el autobús quemado en las gradas.
Para el Caracas fue el inicio de una década llena de éxitos, ganarían el título de Primera División en la siguiente temporada y en años posteriores ganarían 6 títulos más. La hinchada caraqueña fue creciendo paulatinamente y sería una de las más grandes del país.
La rivalidad creció drásticamente a partir de ése partido, los Caracas-Táchira no fueron vistos como un partido más del calendario, aunque los destinos no se cruzarían de nuevo para definir un título hasta años después. Hasta la fecha, han definido torneos en tres oportunidades más, incluyendo la pasada Copa Venezuela 2013.