Importancia de la charla de medio tiempo
Quince minutos de charla pueden ser la diferencia del partido.
Siempre nos hemos preguntado qué se debe hacer, decir, y analizar durante los medios tiempos (descanso). La Charla de Medio Tiempo sirve para implementar diferentes objetivos generales y específicos. Para los jugadores, se presenta la oportunidad de crear un ambiente de regeneración física y descanso, mientras que para el entrenador puede ser una herramienta que ayude a orientar el grupo constructivamente para el segundo tiempo.
Las dificultades que encontramos para realizar la charla de medio tiempo son muchas, y como entrenadores debemos ser objetivos, consistentes y analíticos. Entre las más importantes se encuentra el tiempo de charla, la cual es corta y limitado, y la información manejada ha de ser rápida y específica. Otra pudiera ser el índice de motivación de acuerdo al resultado del primer tiempo, y la necesidad de ofrecer cambios que ayuden a evolucionar el juego del equipo. Estas dificultades implican conocer las personalidades de los jugadores, niveles de retención, y la correcta metodología de la difusión de información, haciendo énfasis en correcciones colectivas e individuales. Por último, la adecuada toma de decisiones para hacer los ajustes deseados.
Para algunos jugadores, las críticas, inclusive constructivas, pueden que resulten ser muy difíciles de aceptar, y es ahí donde el entrenador debe aplicar todo el conocimiento educacional, psicológico y neurolingüístico para canalizar todas las personalidades sin desviar los objetivos. Por consiguiente, se debe actuar como un director de orquesta y no como un mago: el director de orquesta es simple y objetivo, mientras el mago es complejo e indescifrable. Mucha información al mismo tiempo es un arma de doble filo. Esto podría bloquear y desviar las funciones específicas de cada jugador, y en consecuencia los objetivos no se cumplen. En cambio, poca información pero consistente evita las confusiones y permite satisfactoriamente el desarrollo del grupo.
El experimentado profesor y entrenador uruguayo Gustavo Ferrin afirma que a nivel comunicacional existe un estado presente y un estado deseado. El uso de los recursos comunicacionales adecuados nos permite llegar con más claridad a cada jugador, y por consiguiente al grupo. Debemos entender que cada jugador tiene un estado visible y no visible que dependerá de la fisiología y sus procesos mentales. Cómo podemos llegar a influir en ellos dependerá de nuestros gestos, tono de voz, posturas corporales y expresiones. Es cuestión de calibrar y prestar atención a las señales que nos envían los jugadores tales como su respiración, gestos y miradas. Es buscar una relación entre la sintonía y la empatía. Veamos algunas recomendaciones generales de comunicación entrenador-jugador-grupo:
- Los objetivos deben ser enunciados en forma positiva.
- Se debe tomar parte activa, tenerlo bajo control.
- Ponerse el límite de tiempo para cumplirlo.
- El objetivo debe ser de un tamaño adecuado.
- Debe motivar.
En una encuesta realizada a 330 entrenadores de diferentes nacionalidades, el 95,15 % (314) de ellos consideró Importante la charla de medio tiempo, mientras que tan solo el 4,84 % (16) se declararon escépticos. Esto demuestra que la gran mayoría de los entrenadores utilizan dicho espacio como una herramienta de ayuda. Ahora bien, debemos plantear objetivos y en orden de importancia tales como:
- Descanso y regeneración física y psicológica (5 min)
- Debate constructivo entre jugadores (2 min)
- Instrucción táctica colectiva (5 min)
- Instrucción táctica individual específica (2 min)
- Impacto motivacional (1 min)
Sin duda alguna todas son importantes, pero una más que otra, en especial el descanso y la regeneración. Ahora, analicemos cuales podrían ser las recomendaciones específicas que debemos aplicar para intentar cumplir los objetivos de juego:
- Manejar bien la cantidad de información. Mucha, puede ser perjudicial. Poca puede que no sea suficiente.
- El entrenador debe analizar, recolectar y organizar las ideas que expresará a los jugadores, teniendo en cuenta un orden cronológico o posicional.
- Asegurarse bien de que los jugadores entendieron las instrucciones antes de salir al campo. Los jugadores infantiles tienden a olvidarse de casi todo debido a factores externos (manejar muy bien los conceptos de neurolingüística). Es imprescindible prestar atención a la habilidad de retención del jugador. Hay jugadores muy inquietos que necesitan instrucción individual y precisa. Usar el contacto visual con el jugador en cuestión. Hoy en día existen herramientas tecnológicas que permiten al jugador entender con más claridad un ajuste.
- Se recomienda un tono de voz constantemente. Aunque existen momentos donde un tono de voz alto puede ser preciso, y un tono bajo podría ser muy práctico. Todo dependerá del momento, necesidades y estado de ánimo del grupo.
- Crear un ambiente de confianza y optimismo sin importar el resultado. En algunos casos, inclusive a sabiendas de que el equipo contrario es mejor.
- No hablar de inmediato, ya que lo más importante es dar un tiempo para la regeneración y el descanso.
- No asignar planteamientos tácticos complejos a menos que el entrenador este consciente de que sus jugadores lo entenderán. De todas formas, es necesario ser simple y preciso.
- Evitar las discusiones entre jugadores. Solo si es conveniente, permitir el debate positivo y constructivo.
- Evitar las imitaciones negativas, y el lenguaje ofensivo. No usar sobrenombres o comparaciones que desmotiven al jugador o grupo.
- Limitarse a corregir lo necesario y lógico. Por ejemplo, si un jugador no es cabeceador innato para jugadas de córner, evitar corregir la forma de ejecución del mismo en ese momento y simplemente comunicarle que no se posicione en el área de cabeceo, colocándolo en otro lugar donde sea más útil.
- Evitar la interferencia de directivos, representantes u otro tipo de persona que no forme parte del cuerpo técnico del equipo. El jugador y cuerpo técnico necesitan su espacio.