El fútbol y la administración de los recursos humanos
El fútbol y la administración de los recursos humanos
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El fútbol y la administración de los recursos humanos

Daniel de Oliveira
2014-01-21 20:40:23
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Es hora de crecer gerencialmente a través de procedimientos y técnicas administrativas de conformidad con el moderno mundo empresarial que nos rodea.

A pesar del crecimiento sostenido de nuestra selección nacional, el fútbol venezolano sigue atravesando una crisis que es generada por diversos factores tales como: ausencia de público en los estadios, disminución del poder adquisitivo del venezolano, equipos que no presentan calidad de fútbol, clubes o equipos con dificultades financieras, alto índice de inseguridad y campos en malas condiciones, falta de personal especializado con capacidad gerencial deportiva.

Incorporar todas las técnicas de administración de recursos humanos tales como: “Reclutamiento y selección de personal”, “Entrenamiento y desarrollo”, “Administración de salarios”, “Orientación del personal”, “Motivación y comunicación”, podrían auxiliar a los equipos a solucionar los problemas antes mencionados. Simplemente, lo que se trata de hacer es atraer, adaptar, desarrollar y mantener motivados a todo el personal de la organización deportiva. Administrar los recursos humanos significa conseguir un clima organizacional favorable para que se puedan cumplir los objetivos previamente trazados. El fútbol no escapa de esta realidad.

La mayoría de nuestros clubes, a excepción de un par de ellos, desconocen totalmente el comportamiento humano de sus empleados. Se utiliza muy poco todos aquellos conceptos de psicología, sociología y pedagogía, conceptos que bien desarrollados, nos ayudarían a formar más y mejores jugadores en un futuro.

Lógicamente, este reconocimiento metodológico debería ser parte fundamental de un club que pretende ser llamado organizado, aplicando estrategias a corto, mediano y largo plazo, con políticas y directrices muy bien definidas. Recordemos que hoy en día el fútbol dejó de ser un simple deporte, transformándose en un gran negocio que involucra muchos intereses extra deportivos.

De allí, la intención de fomentar una serie de ideas para que puedan ser debatidas abiertamente por todos aquellos que formamos parte de este maravilloso mundo del fútbol.

Reclutamiento y selección de personal

 En principio, hay dos ejemplos que acontecen constantemente en nuestro fútbol, y que ciertamente no ocurrirían en ninguna empresa organizada.

1. La contratación de un jugador o entrenador de altas perspectivas económicas obviando sus características personales y psicológicas, lo que podría ocasionar problemas de adaptación en un futuro, comprometiendo a la organización financieramente. Los exámenes médicos fisiológicos son hechos, pero se ignora la evaluación psicológica, llevando a un total desconocimiento de la parte emocional del nuevo contratado, sin saber realmente su capacidad para cumplir los objetivos. Esto crea un ambiente de reciclaje, que le hace mucho daño al fútbol.

2. La contratación de un jugador costoso que juega en la misma posición de otro jugador talentoso, sin una evaluación de riesgos de formación de talentos, creando un posible problema en un futuro inmediato, porque difícilmente alguno de los dos quiere ser sustituto. Esto crea una impresión de una falta de organización y planificación, la cual carece de toda lógica, simplemente para crear un equipo más atractivo, complaciendo a los negociadores del fútbol. Esto no solo pasa en nuestro fútbol, sino a mayor escala como por ejemplo el Real Madrid actual.

El proceso de formación y reclutamiento de jugadores debería ser primordial en una organización deportiva. Actualmente, y debido a la falta de apoyo en el sector de nuestro fútbol base, no existen verdaderos “ojeadores” o “scouts” que permitan desarrollar políticas de selección mucho más estructuradas. No es posible que aún dependamos de la recomendación de terceras personas, o simplemente la auto-presentación del jugador a través de pruebas selectivas. La combinación de todas ellas, nos llevarían a desarrollar un mejor sistema de reclutamiento.

Pero para eso, es necesario preparar un personal que se dedique exclusivamente en reclutar jugadores. Este personal debe reunir una gran experiencia futbolística, técnicas especializadas en selección de jugadores, y poseer objetivos muy claros de selección dentro de un plano previamente trazado por la organización a la que representa.

Asimismo, a la hora de seleccionar un jugador de 12 a 16 años, se debe tomar en cuenta su desenvolvimiento durante un juego oficial, y no solo a través de una prueba selectiva de 60 minutos. Existen casos, donde los jugadores logran desarrollar sus habilidades después de un proceso de adaptación adecuado. De allí la importancia de un cuerpo de observación con capacidad para perfeccionar su proceso de selección, y con conceptos preestablecidos, con disposición de tiempo que permita evaluar a través de técnicas especializadas e instrumentos como entrevistas y exámenes más específicos. Así, reduciríamos la carga emocional, creando un ambiente de objetividad que al final sería beneficioso para la organización.

 Entrenamiento y desarrollo

Los equipos bases de nuestro fútbol desarrollan jugadores con poca capacidad de creación, y muy atados a esquemas funcionalmente aislados de la realidad. Esto debería ser estudiado y debatido por todos aquellos que formamos parte del fútbol base de Venezuela. Todavía existen ligas (todas) que se fundamentan exclusivamente en el proceso de competición y no de formación. No es posible que jugadores de 6 a 11 años sean manipulados como adultos. Así que, es recomendable que durante esta edad, se utilicen únicamente técnicas de formación y reforzamiento, abriendo las ventanas de la creatividad y el conocimiento técnico.

Al final, muchos son los jugadores que han pasado por nuestro fútbol base, y que llegaron al profesional arrastrando deficiencias técnicas tan simples como, por ejemplo, no saber cabecear o chutar con precisión. Un trabajo bien planificado y sistemático hubiese corregido estas fallas. No es solo cuestión de trabajar todo el tiempo con el balón, sino tener el personal adecuado para lograr los objetivos. El trabajo de fútbol base es actualmente realizado en su mayoría por entrenadores sin la preparación pedagógica y metodológica adecuada. Tenemos la percepción, que tan solo el hecho de haber sido jugador de fútbol nos da la capacidad de ser entrenadores, y la verdad es otra, porque junto a esa experiencia de jugador hace falta un ingrediente educativo que nos permita desarrollar un futbolista con menos fallas y dificultades. En pocas palabras, es hora de exigir la contratación de profesionales más especializados en la materia. Como dijo una vez Johann Cruyff: “Dicen que tengo una pierna mágica, pero simplemente lo que tengo es una pierna bien entrenada”. No basta con enseñar, sino se trata de enseñar muy bien.

Administración de salarios

Pocos son los casos en nuestro fútbol donde los salarios van acorde al nivel técnico del jugador, acrecentando el descontento y las dificultades dentro de un plantel. Esto podría ser eliminado con la creación de un sistema de administración de salarios que establezca criterios justos de compensación dentro del club. Reducidos son los clubes venezolanos donde el futbolista recibe un salario de acuerdo a los objetivos alcanzados durante el año, y según lo recaudado. Obviamente, actualmente no existe un club que declare que haya tenido más ingresos que egresos a final de año. Esta información no es suministrada por ninguno de nuestros clubes profesionales, porque aún dependemos de una planificación deportiva anual y no a largo plazo. Esta situación tiene que ser corregida.

La remuneración en nuestro fútbol, donde pocos pueden ser llamados clubes, debe ser variable y preestablecida según los siguientes factores en el siguiente orden: resultados y estadísticas, objetivos cumplidos, antigüedad, recaudación proporcional.

Aunque todavía existe la política del premio por juegos, el jugador debe sentir un mejoramiento en su salario según los aspectos antes mencionados. La gran mayoría de nuestros jugadores buscan la alternativa del fútbol para tener una entrada económica, lo que es aprovechado por instituciones ampliamente mal estructuradas. Estoy cansado de ver jugadores con un altísimo índice de resultados y objetivos cumplidos que son menospreciados salarialmente. Debe existir un equilibrio en todos los factores involucrados. Lógicamente, el desequilibrio ocurre con el efecto de la demanda y oferta del mercado.

La administración salarial en un equipo puede y debe fijar claramente las atribuciones del personal directivo, permitiendo un control más sistemático de las responsabilidades. De allí, la importancia de asignar un personal adecuado y previamente establecido para dicha función, haciendo de la gestión moderna una parte fundamental del desarrollo de un club de fútbol.

Si en un futuro, lográsemos establecer clubes con mayores ingresos, deberíamos destinar no más del 50-55 % a salarios deportivos, creando instituciones más saludables financieramente, apuntando hacia una política de salarios basados en habilidades y competición.

Orientación del atleta

Durante mi época de jugador, tuve la oportunidad de jugar en diferentes ciudades del mundo, desde ciudades súper modernas como New York hasta pueblos muy remotos como Uzulután en Centroamérica. Casi siempre cuando un jugador es contratado, ocurren cambios que obligan un proceso de orientación para que la adaptación sea lo más rápido posible. En mucho de los casos, se hacen contrataciones de jugadores que provienen del interior, pasando a vivir en comunidades de características completamente diferentes. Y como no todos los jugadores se adaptan, las dificultades personales acaban influenciando el rendimiento del jugador en los juegos. Otras veces, es lo contrario, van de la ciudad a pueblos muy remotos.

Lo cierto es que se necesita un trabajo de orientación ejecutado por profesionales que minimicen estos problemas. En la mayoría de los casos, se responsabiliza a gente que no está preparada para la ocasión, y por falta de recursos, tiempo y experiencia, no se consiguen los resultados deseados. Los clubes deben pensar en un programa de integración conducido por trabajadores sociales cuyas funciones oriente a todo el núcleo familiar del atleta. Este programa debe ser constante, y no solo durante el proceso de contratación del jugador, ya que la falta de rendimiento de un atleta durante la temporada pudiera abarcar desde problemas personales o familiares hasta el manejo de recursos financieros indebidamente.

La idea no es controlar al jugador en su vida personal, sino orientarlo para que pueda solucionar los problemas en su debido momento. Recordemos que la gran mayoría de nuestros futbolistas provienen de clases muy humildes, y un respaldo orientado los ayudaría a adaptarse mucho mejor.

El uso debido de conceptos y principios de sociología deben formar parte del proceso de implementación de un programa de orientación del jugador de fútbol. Quizás, si lo iniciásemos desde las categorías bases, nos ahorraríamos tiempo y dinero.

Comunicación y motivación

Recuerdo los momentos de incertidumbre que se vivían en los planteles de fútbol cuando el club no manejaba una política de comunicación sincera y eficaz con los jugadores. Hoy en día todavía hay atletas se enteran por otras vías de que sus contratos no serán renovados, o que simplemente serán intercambiados a otros equipos. A veces, dentro del mismo plantel, las convocatorias o alineaciones de los juegos se anuncian en un simple papel pegado en una pared minutos antes.

Hay que recordar que el jugador es un patrimonio del club, y como tal, no deberían ser desvalorizados de esta forma. El proceso de comunicación debe tratar a los jugadores y personal del club con mucho respeto y consideración para alcanzar un estado muy óptimo de motivación.

Un programa de comunicación de un club debe ser transparente, claro y eficaz; y, al mismo, tiempo recolectando sugerencias y criticas. La comunicación interna entre jugadores y directivos debe ser perfeccionada, evitando problemas que afecten la motivación de los afectados, y relacionándose mejor con el mundo exterior tales como los medios de comunicación.

Así como lo ha venido haciendo nuestro seleccionado nacional, este trabajo de comunicación y motivación no debe ser exclusivo trabajo del entrenador, sino de todo un personal que involucre al director, médico, psicólogo, preparador físico y otros que forman parte del día a día de un club, lo cual de manera interdisciplinaria ayudaría a la creación de condiciones para motivar el grupo de forma planificada.

El desconocimiento de los entrenadores hace de la psicología una materia impenetrable en los clubes nuestros. Pero… ¿por qué no confiar en profesionales especializados para mejorar la comunicación dentro de un equipo? Al fin y al cabo, para muchos de los grandes estrategas del mundo, quien gana o pierde un juego es el ALMA.

En conclusión, la aplicación de la administración, pedagogía, psicología y sociología en la planificación de un club de fútbol podría ayudar a obtener mejores resultados en el campo deportivo de nuestros clubes. Tal vez, solo hace falta una buena administración de recursos humanos para que nuestros jugadores y público crean más en nuestras instituciones deportivas.