El camino de la reflexión (Previa Venezuela-Paraguay)
El camino de la reflexión (Previa Venezuela-Paraguay)
Vinotinto

El camino de la reflexión (Previa Venezuela-Paraguay)

Lizandro Samuel
2013-10-09 12:43:55
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El comediante colombiano Andrés López –en su famoso stand up, La pelota de letras– comenta que una de las características principales de los miembros de las nuevas generaciones es que viven de “los segundos”; a continuación, procede a imitar a una adolescente actual quien se queda sin segundos libres en su celular, situación la cual le merece un hiperactivo ataque de pánico.

La ansiedad por la inmediatez no es exclusiva de los adolescentes quienes necesitan tener su celular a la mano –con disponibilidad de saldo, megas y segundos libres– para iniciar un maratón en contra del tiempo: acceder a la mayor cantidad de información posible indistintamente de sí la misma es o no procesada correctamente. La sociedad actual, regida por las aguas del Internet, ha adquirido esas maneras antes exclusivas de los pueriles. Aunado a eso, si se le suma el exitismo generado por la resonancia del balón, el fútbol actual se convierte en una gigantesca Calle El Hambre (Quien viva en Venezuela me entenderá) dedicada a despachar información, análisis y conclusiones medio crudas, con destino, casi obligatoria, a indigestar la cordura popular.

 

Ubiquemos los pies en el suelo: las posibilidades de clasificar al mundial, por parte de nuestra Vinotinto, son utópicas. Hasta Las Matemáticas –fieles porristas en las últimas dos jornadas– ven con suspicacia la titánica tarea Vinotinto. Asimismo, el Premundial aún no finaliza, Cesar Farías sigue enfrente de la selección, Juan Arango no se ha retirado y tampoco se han cerrado el cien por ciento de la posibilidades matemáticas de cara a Brasil 2014; después de todo, como tweeteó Alexis Martín Mister Chip: “Cosas más raras he visto”, en respuesta a alguien quien le preguntó por la posible clasificación de Venezuela al Mundial.

 

De cara al partido frente al eliminado Paraguay, la victoria se convierte en un último hilo de esperanza de, si no clasificar, al menos irse con una media sonrisa. La planificación del partido, eso sí, se ha visto truncada por las lesiones, previas a la convocatoria, de Salomón Rondón y Tomas Rincón, sumándose luego Cesar “Maestrico” González y más recientemente Rolf Felstcher. La no convocatoria de Gabriel Cichero no especifica razones. Por otro lado, la vuelta de Rafa Acosta a la selección se asume con la ilusión de un jugador quien mucho tiene para ofrecer, así como los al fin convocados Juan Falcón y Pedro Ramírez.

 

Por las características y el contexto, probablemente se pueda disfrutar en cancha de jugadores parlantes del mismo idioma: Josef, Otero, Yohandry, Alexander, Juan. De hecho, el seleccionador nacional parece estar planeando alinear como titulares a los tres primeros. Repito, el contexto invita.

 

Qué tan lleno o vacío estará el estadio, así como el comportamiento del mismo, es una incógnita. En San Cristóbal se regodean de tener al templo del fútbol venezolano; y en él se han presenciado milagros y sacrificios. El césped de Pueblo Nuevo guarda historias épicas, quizá por eso, según dicen, Farías habría pedido jugar el repechaje en dicho estadio en caso de una milagrosa clasificación. La Vinotinto planea rezar mucho en su templo.

 

Pero el estadio mantiene otra cara: la de su afición. Cual religiosos medievales pueden esquivar la apatía del hincha venezolano en la derrota, transfigurándose en bestias clamando la sangre de aquellos a quienes consideran culpables. El 20 de noviembre del 2007, el estadio se encargó de crucificar a uno de los personajes quien más le ha dado al fútbol venezolano: el cuerpo de Richard Páez salió cargado en la cruz de la crítica desmedida. Cesar Farías no tiene claro si fungirá de Ave Fénix o si va rumbo hacia su destierro definitivo. En la FVF su continuidad se ve con buenos ojos, pero más allá de resultados y procesos, saber vivir el presente, el aquí y el ahora, se torna fundamental.

 

Indistintamente de cuanto suceda el día viernes, la reflexión debería ser un camino obligatorio: evaluar lo positivo, lo negativo, cómo mejorar, cómo corregir, qué le conviene a la selección, qué le conviene al fútbol venezolano y cuál debe ser el próximo paso. La duda, según Jorge Luis Borges, es “Otro uno de los nombres de la inteligencia”. Las respuesta no llegarán en uno o dos días, el análisis ha de ser profundo y pausado –segundos hay de sobra– a fin de asegurarse de darle el mejor rumbo posible a la selección. De momento, importa salir, salir a ganar.