¿Qué pasó con Ronaldo Peña?
¿Qué pasó con Ronaldo Peña?
Juveniles

¿Qué pasó con Ronaldo Peña?

Lizandro Samuel
2013-10-04 13:53:58
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La lista de los convocados por Rafael Dudamel para el Mundial sub 17 no ofreció tonalidades sorpresivas, aunque sí estribillos un poco dolorosos.

Para unos fue una pena que el nombre de Andrés Ponce no obrara con milagro (¿Quién dijo que una lesión de ligamentos se cura en dos meses?); para otros, la ausencia de Ronaldo Peña fue un perenne dolor agudizado tras cada repaso a la lista, como si por leerla varias a veces su nombre fuese a surgir mágicamente entre los convocados. Ambas ausencias eran conocidas desde hace días.

Ahora bien, sin ánimo de exacerbar, en lo personal, sólo podría argumentar algún acto de indisciplina para justificar la exclusión de Ronaldo Peña; pero sería una inmensa irresponsabilidad sacar tal conjetura de la casilla de la especulación. Ni Rafael Dudamel ni nadie del cuerpo técnico ha dado declaraciones al respecto tras la publicación de los convocados; Peña, al parecer, tiene prohibido dar declaraciones. Únicamente desde la voz de un par de periodistas cercanos al equipo se explicó como las discusiones entre el jugador y el técnico fueron convirtiéndose en (mala)costumbre.

Aclaro que el tema debe ser tratado con sutileza, sin jugar con la imagen de un chico de 17 años o andar con prejuicios hacia la sapiencia de Dudamel; dejando esto de lado, aprovecho la oportunidad para ahondar un poco en la idiosincrasia del jugador venezolano.

Manuel Llorens, psicólogo de la selección nacional, explica en su libro Terapia para el Emperador cómo en nuestra liga no hay un solo futbolista quien pueda asumir el rol de líder y referente de un equipo, pues luego de alcanzar los recursos para tal empresa, el ego y la autocomplacencia se convierten en los mejores amigos de la mayoría. Según Llorens, el jugador, tras alcanzar nuevos estatus, en vez de razonar que por consecuencia debería llegar cinco minutos antes, se siente en la potestad de llegar cinco minutos después.

Esto se entiende como algo normal porque se repite y no porque deba ser aceptado. Félix El Gato Hernández (Ex futbolista profesional, DT del S.D Centro Ítalo, actualmente trabajando en las bases del Caracas FC) al llegar en 1996 a Tallares de Córdoba (Argentina) aprovechó su talento para ingresar al hotel designado acompañado con una dama sin aires de dama. Al menos eso se relata en el blog de fútbol Renaldinhos y Pavones. Por otro lado, más de un funcionario de algún hotel en el cual se haya concentrado un equipo venezolano, habrá recibido algo de algún jugador para no mencionarle al entrenador del equipo que se encontraba acompañado en la habitación. Eso sí, cabe destacar que tales conductas no son exclusivas de jugadores. Los hoteles de este país ofrecen muchas historias al fútbol.

“¿Vida de deportista?”, el venezolano toma, es una realidad. Algunos futbolistas también. El preparador físico Adrián Mayora tiene muchas anécdotas divertidas sobre cómo le tocó recuperar a jugadores juveniles luego de noches de diversión previas a los partidos. “Muchacho es muchacho, ¿cómo se le reclama algo a un muchacho de 16 o 17 años?”, dice en un ejercicio de empatía.

Pero las fiestas, alcohol y mujeres, son solo la parte insana de la indisciplina; al menos la insana en lo físico, pues en lo psicológico resalta la vanidad de jugadores quienes actúan con ínfulas de semidioses pretendiendo pleitesías de juveniles y entrenadores, o sintiendo como una ofensa ver partidos desde el banco. Ni hablar de la crítica la cual desmedida o no, hay quienes la toman mejor que otros: en la quinta fecha del presente torneo de segunda división, Jackson Clavijo, jugador de Monagas, agredió al periodista Oswaldo Vívenes (Colaborador de Líder) quien luego sufrió amenazas del arquero suplente del mismo equipo, Andrés González.

La mayoría de los futbolistas venezolanos quienes han triunfado en el extranjero, sin pretender venderlos como santos, son ejemplo de actitud dentro y fuera de la cancha. A veces se peca de indulgente afirmando que el “venezolano es bonchero, echador de broma y bebedor”, excusarse en eso es decidir regodearse en una empedernida mediocridad. La verdad, ignoro la situación de Ronaldo Peña con el equipo y con el profesor Rafael Dudamel; sólo he querido recordarle, entre tanta polémica desatada, a todo quien me lea, que la disciplina es la base del éxito y que nadie en esta vida es indispensable, y si alguna vez llega a creer tal mentira, pase por un cementerio y certifique como el mundo sigue girando aún cuando tantos nombres ya no caminan entre los vivos.