Un Marítimo en Venezuela
Club Sport Marítimo de Venezuela fue un equipo que en su breve paso por el balompié nacional se convirtió en referencia y sensación. ¡Recuerda su historia!
Daniel Diogo (@DiogoFC17)
El fútbol venezolano se ha caracterizado a lo largo de su historia por tener equipos que tienen una vida corta dentro de la Primera División, ya sea por un cambio de directiva, de nombre o porque simplemente desaparecen debido a deudas u otros factores. Estas desapariciones contribuyen a la poca identificación por parte de los fanáticos hacia algún conjunto. Pero, a pesar de esto, hubo oncenas que dejaron una huella en sus fanáticos durante su corto período de existencia. Tal es el caso del Marítimo de Venezuela.
La escuadra capitalina nacería de la iniciativa de un grupo de portugueses, quienes, en 1957, formarían un equipo denominado Deportivo Tiuna con el fin de pasar el rato en sus tiempos libres. Con el pasar de los años, se dieron cuenta de que la mayoría de ellos eran fanáticos del Marítimo de Madeira y, en 1959, decidieron cambiarle el nombre al equipo a Club Sport Marítimo de Venezuela. Así nacía uno de los equipos más importantes de la historia del balompié local.
Disputaría diversos torneos amateur durante varios años llegando, incluso, a viajar a la Isla de Madeira para jugar contra los tres grandes equipos de esa región portuguesa (Nacional, Marítimo y el União). En 1985 darían el paso a la profesionalización inscribiéndose en la Segunda División y, tras la desaparición del Deportivo Portugués ese mismo año, muchos de los jugadores y su técnico Rafael Santana se unirían al Marítimo. El Rojiverde conseguiría titularse campeón de la Segunda de manera contundente con 28 partidos consecutivos invictos. De esta forma lograría el ascenso a la máxima categoría.
El equipo se reforzaría de gran manera para afrontar la primera división del fútbol venezolano fichando a jugadores de la talla de Daniel Nikolac, Hérberth Márquez, Pedro Acosta, Pedro Febles, Noel “Chita” Sanvicente, Franco Rizzi, Héctor Rivas, Rene Muñoz, entre otros. Estos futbolistas serían la base del equipo durante un largo tiempo.
Los éxitos no se hicieron esperar y, a los dos años de conseguir el ascenso, logran su primer campeonato en la temporada 1986/87 luego de quedar primeros en el octogonal final. Revalidarían su título al proclamarse bicampeones en la temporada siguiente (1987/88), esta vez, de la mano del técnico uruguayo Alfredo López, quien lograría también ese año la Copa Venezuela. El técnico Rafael Santana regresaría para la temporada 1989/90 y alcanzaría el tricampeonato para el Acorazado Rojiverde. Hérberth Márquez sería el goleador del torneo con 19 tantos. En los tres campeonatos del Marítimo quedaría de segundo el Unión Atlético Táchira, con el cual el conjunto fundado en 1959 disputaba el Clásico del fútbol venezolano de la época.
Su último título llegaría bajo la dirección del cubano Miguel Sabina en la 1992/93. Luego de quedar empatados en puntos (41) con Minervén en la temporada regular, ambos jugarían una serie a ida y vuelta para definir al campeón. El Ballet Azul sacaría una victoria en la ida (1-0) mientras que los rojiverdes harían lo mismo en la capital (1-0 con gol de Márquez), resultado que obligaba a ir los lanzamientos desde el punto penal. Daniel Nikolac sería el héroe cuando detuvo el octavo penalti a Carlos Mieres en una tanda de infarto. De esta manera, el Marítimo logró el tetracampeonato.
A pesar del gran dominio que tuvo en el torneo local, nunca pudieron llevar ese poderío a nivel internacional. Participó en cinco ediciones de la Copa Libertadores (88, 89, 91, 92 y 94) y en una Copa CONMEBOL en 1992. Su mejor participación fue en la Libertadores de 1992, donde alcanzarían los octavos de final enfrentándose al Atlético Nacional de Colombia. En la serie empataron 0-0 en la ida, en Caracas, pero perdería en la vuelta por goleada 3-0 en Medellín. En esa edición conseguiría su única victoria ante un equipo extranjero al ganarle 1-0 al Valdez de Ecuador.
Uno de los episodios más curiosos de la historia del Marítimo fue en la Libertadores de 1989. Durante los hechos del “Caracazo”, el equipo rojiverde tuvo que jugar, por presión de la CONMEBOL, par de partidos ante Internacional de Porto Alegre (liderados por Taffarel, Nilson y Edú) y ante Bahía a puerta cerrada. Aquellos encuentros culminarían en empate (1-1 y 0-0 respectivamente), todo un logro para un equipo que esperaba goleadas monumentales.
Una institución que llegó a tener sede propia (ubicada en la Urbanización Los Chorros, donde actualmente está ubicado un restaurante) para celebrar sus conquistas. También contó con hasta 2000 socios, una masa de seguidores en la que desde el empresario hasta el panadero colaboraban con lo que fuera para ayudar al equipo. Eran una familia que mantuvo unida a la plantilla, la dirigencia y los fanáticos; los cuales no eran todos portugueses ya que muchos venezolanos se sintieron identificados con el equipo rojiverde. Era considerado por muchos como el primer club venezolano en cuanto a estructura. De sus juveniles saldrían Fernando de Ornelas y José Manuel Rey, quienes harían su debut en Primera División con el equipo.
Para la temporada 1994/95, el Marítimo entraría en una fuerte crisis que le imposibilitaría pagar la renta del Olímpico que le exigía la Fundación UCV. Ante esta situación, deciden acondicionar el Estadio Guido Blanco y mudarse a Guatire, además de conformar una plantilla llena de jugadores jóvenes.
Laureano González, para aquel entonces presidente de la desaparecida Liga de Fútbol Profesional de Venezuela, declaró que el Marítimo no podía jugar en Guatire ya que el estadio no cumplía con las reglas de la competición para poder disputar el Hexagonal Final del torneo, al cual habían clasificado. Pedirían jugar entonces en el Brígido Iriarte pero esta solicitud no fue aceptada. La Liga le otorgaría el cupo al UD Lara dejando fuera al Marítimo, el cual recurrirían a la justicia ordinaria para pedir su inclusión en el Hexagonal, esta le solicitaría a la Federación la inclusión del rojiverde.
Ante una posible suspensión internacional, la FVF crea un torneo distinto para culminar el campeonato. Marítimo sería sancionado por la FIFA perdiendo la categoría y obligado a pagar una gran suma de dinero. Al poco tiempo, el equipo se disolvería para terminar de manera abrupta la historia del club.