El pragmatismo como solución
La nómina que tiene Deportivo La Guaira convierte al equipo de Eduardo Saragó en candidato al título. En cada una de sus líneas se encuentran jugadores que le facilitarían la tarea a cualquier entrenador. ¿Qué hacer para no desperdiciar ese talento?
“Los entrenadores tienen que entrenar para el club donde trabajan, porque los socios del club son los que pagan y le permiten a uno vivir del fútbol”, Diego Simeone.
Leo González y Pedro Vera intentaron proponer un fútbol contracultural durante su etapa en Deportivo La Guaira: salir jugando desde atrás con centrales doctos con la pelota era la intención (Franklin Lucena, Luis Morguillo e Ignacio González fueron algunos de los intérpretes). En el mediocampo, y como volantes cinco, llegaron a utilizar jugadores de perfil ofensivo como Luciano Ursino o Argenis Gómez. Sin embargo, la evolución nunca llegó a pesar de que consiguieron dos Copas Venezuela.
Tras la marcha de la dupla valerana, que se fue sabiendo que faltó trabajo por hacer, llega a la oncena naranja Eduardo Saragó, quien conoce cómo trabajar con un equipo agraciado económicamente ya que fue campeón absoluto con Deportivo Lara. Desde la tribuna y con un micrófono, el caraqueño sería el mejor analista del país, pero en cuclillas y desde la línea de cal, no está solo en el Olimpo.
No habrá mucho margen de error y tampoco paciencia, La Guaira se juega tres frentes (Clausura, Copa Venezuela y Copa Sudamericana) y debe figurar en dos. Desaprovechar el potencial de juego que puede desplegar un mediocampo con Arles Flores, Vicente Suanno, Javier García, Franklin Lucena, Gustavo Rojas, Argenis Gómez y Arquímedes –si se queda– sería una terrible administración.
Para una directiva que quiere destapar Champagne, el pragmatismo puede ser la solución.
