Con todo a favor (Jamaica 0-1 Venezuela)
Con todo a favor (Jamaica 0-1 Venezuela)
Vinotinto

Con todo a favor (Jamaica 0-1 Venezuela)

Lizandro Samuel
2016-06-05 17:17:43
2.221

Después de casi un año sin ganar en partido oficial, la Vinotinto debutó con victoria en la Copa América Centenario. El primer tiempo de Venezuela es de los mejores de los últimos dos ciclos

“Tener suerte es estar preparado”, Martín Palermo.

 

  1. El fútbol es el colmo de la arrogancia. Bueno, no el fútbol, sino quienes se aficionan a él. El partidismo invita a fijarse en un solo color y a partir de allí fingir que se analiza. El contexto, guste o no, siempre está determinado por dos rivales que se afectan mutuamente. Jamaica fue el rival idóneo para esta Vinotinto. Pareciera que no recurrió al video para estudiar a su rival. Y si lo hizo, no lo interpretó de forma adecuada. Venezuela aprovechó esto. También, conviene resaltar, tenía los recursos para hacerlo. A la luz de los hechos, estaba lista para desempeñar el partido que hizo.
  2. Dudamel ha obrado con lógica. Con espíritu constructor, y relegando afanes magnánimos de cambio inmediato, recogió el trabajo de su antecesor para seguirlo desarrollando a su manera. Con el tiempo, será interesante repasar todos los partidos de la Vinotinto en los últimos tres ciclos. Cuando recién empezó Chita, sorprendía ver a Tomás dar un pase en profundidad. Hoy se asumen con naturalidad sus virtudes con la pelota. No obstante, Dudamel también fue un heredero de problemas. Y estos siguen exigiendo respuestas. La última línea de Venezuela lució floja en ocasiones, la sola presencia de Donaldson complicó a Vizcarrondo y a Wilker Ángel más de una vez, asimismo la Vinotinto tuvo ciertas dificultades para llegar arriba con pelota dominada: sus mejores posesiones en campo rival se produjeron tras recuperar el balón en esa zona de la cancha, una característica típica de la selección en los últimos años.
  3. Jamaica, contrario a lo esperado, se replegó en su campo. Le permitió a Tomás y a Arquímedes tocar la pelota, y cedió espacios. El resultado fue lógico: la Vinotinto se fue imponiendo con un bloque corto en el que fluyeron los pases y reinó la dinámica. La peor versión de Venezuela en ataque posicional se produce si los centrales y el portero se ven obligados a tocar la pelota con frecuencia. Jamaica no parecía enterada de eso y permitió que el partido fuera de los mediocampitas vinotintos.
  4. Y dentro de ese último lote se podría incluir a Josef Martínez. El mago de los espacios, un delantero con vocación de volante, mejora con cada partido. Aquel chiquillo que deslumbrara con el Caracas y que pareció irse a Europa antes de tiempo, hoy día da cátedra de desmarques: domina los de ruptura y los de apoyo para el goce de sus compañeros. Se convierte en el amigo ideal de todos durante el ataque posicional. Su dupla con Salo es el arribo de una promesa. Se complementan y entienden en cada fase del juego. Ambos tuvieron un gran partido.
  5. Es inevitable ahora hablar de la salida. Los problemas siguen existiendo, pero las soluciones implementadas contra Jamaica dieron resultado. La salida larga continúa siendo la mejor opción, potenciada por los dos delanteros titulares: Salo se imponía por arriba, Josef ganaba en profundidad. Salir por debajo es otro asunto: las deficiencias de Arquímedes en este rubro buscaban ser compensadas con los movimientos hacia la primera línea de volantes de Luisma y, en ocasiones, del Lobo. No obstante, esto generaba un problema que Jamaica nunca se animó a explotar: Venezuela perdía un jugador en las líneas frontales de pase. Con Arquímedes anulado posicionalmente, si Seijas conducía la pelota al lado de Tomás, faltaba alguien que pudiera ocupar el espacio dejado por Luisma. La situación la resolvió la misma dinámica del partido: cuando Jamaica quedó con diez, la superioridad numérica potenció las virtudes de Venezuela con el balón.
  6. El primer tiempo es de los mejor de Venezuela en los últimos dos años. Hay minutos que conviene repasar para ayudar a algunos futbolistas a internalizar cómo deben moverse en el ataque posicional. No es casualidad que esto sucediera. Los jugadores que estaban en cancha trabajaron mucho esta fase del juego en el ciclo pasado. La fallida estrategia del rival y la expulsión facilitaron las cosas. Venezuela recuperó en campo jamaiquino, ganó casi todas las segundas pelotas, mostró el bloque más compacto de la era Dudamel, explotó las asociaciones por dentro, profundizó con las llegadas de los laterales por fuera y aprovechó los desmarques de sus delanteros en las transiciones ofensivas. En el segundo tiempo, Jamaica saldría con la intención de mejorar.
  7. Y lo hizo. Pese a tener un hombre menos, adelantó un poco sus líneas para defender. Esto llevó a la Vinotinto a su zona más endeble: su mitad de la cancha. Venezuela sufre si le toca tener la pelota ahí por largo rato, y la pasa mal si se ve obligada a defenderse muy cerca de su área. Lo de que nadie es profeta en su tierra, lo siente la Vinotinto con una intensidad que los últimos entrenadores han buscados disminuir. En campo contrario, Venezuela mejora. ¿Pero cómo llegar ahí de forma dominante? La pregunta quizá rondó la cabeza de Dudamel a mediados del segundo tiempo. Que Jamaica llegara al área venezolana era natural. Que con diez jugadores y tras el buen primer tiempo mostrado Venezuela no terminara de imponerse con claridad en las cuatro fases del juego, no tanto. O quizá sí: el rival había mejorado su estrategia. Peñaranda y Otero fueron al rescate.
  8. Rómulo tiene un gran abanico de recursos para jugar. Era el cambio idóneo y permitió estabilizar las cosas: posee electricidad y sabe congelar el tiempo. Para Dudamel debió haber sido un alivio voltear al banco y verlo a él, a Peñaranda –que viene de impactar gratamente en la mejor liga del mundo– o al talentoso Juan Pablo Añor. Esto no debe cegar: a falta de cracks, para que desde lo individual los venezolanos puedan competir necesitan que el colectivo funcione. Hacer de la solidaridad un mantra. Contra Jamaica lo hicieron. Los problemas que se deben solucionar es más fácil afrontarlos con el saldo que tiene Dudamel. Convencer al futbolista también resulta más sencillo. Y calmar al entorno, tan importante en pro a no atacar la salud mental de los jugadores. Era el partido que se necesitaba: el contexto facilitó todo, sí; pero la Vinotinto estaba lista para aprovecharlo. Lejos de cantar victoria, el panorama sigue siendo el mismo de hace unos meses, pero más que tres puntos se compró tiempo y tranquilidad.

PD: al igual que a muchos, la suplencia de Otero me sorprendió. Su rendimiento invitaba a pensar en él como titular. Dudamel buscó más control y acertó con Luisma y el Lobo. También dio en el clavo cuando decidió meter a Rómulo, aunque, para mí, debió entrar en el minuto 75, antes que Peñaranda. Esta reflexión tiene un sentido social: el cuerpo técnico es el que convive con los jugadores. Se cuestionan las convocatorias y las alineaciones, pero, en última instancia, son los entrenadores los más capacitados para decidir una alineación. El fútbol real no funciona como el de PlayStation, los futbolistas son seres humanos con buenas y malas semanas, tanto laboral como emocionalmente. Esto influye al momento de decidir quién juega y quién no, tanto como el análisis al rival. Los entrenadores se pueden equivocar y no cabe duda de que más de uno en algún momento habrá actuado por intereses o influencias ajenas a lo deportivo, pero será más fácil comprender el fútbol cuando se empiece a respetar más la profesión de los directores técnicos. Si un médico te dice que tienes cáncer y tú no estás de acuerdo, lees, investigas, buscas otras opiniones y te haces otros exámenes; sin embargo, no lo tildas de loco de buenas a primeras y porque sí. Después de todo, por algo ocupa ese cargo.