Vértigo y emoción (Costa Rica 2-1 Venezuela)
Vértigo y emoción (Costa Rica 2-1 Venezuela)
Vinotinto

Vértigo y emoción (Costa Rica 2-1 Venezuela)

Lizandro Samuel
2016-05-27 22:16:34
1.969

Pese a la derrota, Venezuela jugó sus mejores minutos bajo el mando de Dudamel. Fue el primer partido que se encaró con jugadores que podrían ser titulares en la Copa América Centenario

  1. El fútbol se lleva bien con los recursos literarios. Por eso mejora tanto por escrito. La ironía es un elemento cotidiano en el deporte de las patadas. El mejor partido, hasta ahora, de la era Dudamel significó también la primera derrota del ciclo. La pizarra del técnico se llena de más anotaciones. Cada paso dado hará más fascinante y complejo el análisis. Entre los varios problemas que se deben resolver, aparecieron algunas cosas positivas. Al menos, esta vez, la lógica no se ausentó: Dudamel alineó un 11 mucho más competitivo que el visto en los dos partidos anteriores; por ende, la Vinotinto jugó mejor.
  2. Salvo esporádicos momentos de presión, Venezuela sigue sin poder controlar al rival mientras defiende. Sin pelota, es un equipo más reactivo que activo: quiere frenar las embestidas del contrario sin limitarlo u obligarlo a jugar en equis zona. No obstante, el orden mostrado durante casi todo el primer tiempo es digno de resaltar. Defendiéndose muy cerca de su área, con los apoyos de Otero y Juanpi, así como con la coordinación entre Tomás y Arquímedes, se logró mantener a los ticos a raya. La línea de fondo se movió con los tiempos precisos en cada acción. Solidaridad es una palabra a la que deben aferrarse estos jugadores.
  3. El contexto favorece a Arquímedes. Con Chita llegó a disputar algunos de los mejores minutos de su carrera. Frente a Costa Rica se vio muy bien. ¿Es un jugador con nivel internacional? Un sí contundente parecería muy arriesgado; más bien, es un futbolista muy inteligente que se ha adaptado a unas necesidades muy puntuales del equipo. Sus mayores defectos podrían verse durante posesiones largas, las cuales son cada vez más escasas –por limitaciones técnicas– en la Vinotinto. Por el otro lado, si físicamente está a tope y mantiene una intensidad mental acorde a los compromisos, puede competir contra otras selecciones desplegando sus mejores virtudes en los períodos sin balón. Una posible solución a corto plazo para un puesto que le ha generado problemas a tres entrenadores distintos.
  4. Pese a los ya mencionados esporádicos minutos de presión en diferentes zonas de la cancha, Venezuela se mantuvo, por lo general, como un equipo largo. La línea de fondo se situó bastante atrás, para evitar las dificultades que experimentó en el ciclo pasado. El bloque se acortó en defensa posicional cuando el rival superó la mitad de la cancha. Ahí las líneas buscaban espesar el jugo de los ticos. Este mecanismo entraña riesgos que ya han causado sufrimiento antes: el libre tránsito de los rivales por el centro del campo si superan la primera línea de defensa, es decir, a los delanteros. Contra Costa Rica, en el primer tiempo, Tomás y Arquímedes tuvieron un rendimiento lo suficientemente alto para evitar demasiados apuros. La pregunta está si los volantes de primera línea siempre podrán abarcar tantos espacios en la zona media. La historia inmediata, con el permiso del laborioso Tomás, invita a mantenerse escéptico al respecto.
  5. Defender bien y luego atacar de contra. La premisa era clara. Las transiciones ofensivas, históricamente, han sido la manera más efectiva –al margen de la pelota parada– de causar daño que ha tenido Venezuela. Los contraataques vistos frente a Costa Rica ofrecían una novedad: fueron muy elaborados, ricos en asociaciones. No todos los intentos de Chita por generar una evolución con la pelota cayeron en saco roto. Salo yendo hacia las bandas, Josef adueñándose de los espacios mediantes desmarques de apoyo y de ruptura, Otero como el desequilibrio y Juanpi como el organizador, movieron los hilos ofensivos de Venezuela. Quedaron para la síntesis varias jugadas tan estéticas como efectivas. Difícilmente, a corto plazo, el equipo de Dudamel podrá controlar al rival con la pelota dominada; pero podría asegurarse de no regalar las posesiones y de recuperar cada balón con la promesa implícita de usarlo para un ataque bien elaborado. En esto último será muy importante Rincón: la evolución del capitán en los conceptos ofensivos es notable. Quien antes solo le comía los pies a los rivales, ahora pisa la pelota en el círculo central.
  6. El componente emotivo del fútbol es tan importante como el táctico, técnico, físico y cognitivo. Es imposible que una sucesión de resultados tan decepcionantes no afectara emocionalmente a la plantilla. El gol de Costa Rica que empató el encuentro pareció desatar viejos fantasmas. Las líneas se ampliaron demasiado y las piezas lucieron desperdigadas. Desorden al oler la posibilidad de derrota. Adquirir temple será necesario para aspirar a mejores resultados.
  7. Con el marcador en contra, el competitivo Dudamel se animó a meter un delantero y a sacar a un volante de primera línea. Santos por Arquímedes. El segundo tiempo había sido más equilibrado: el vértigo propuesto por Venezuela en las transiciones ofensivas había desencadenado un partido emocionante para el aficionado neutral: jugadas atractivas cerca de ambas áreas. El cambio no tuvo resultados positivos. Es evidente que el conjunto se descompensó: Tomás no podía cubrir todo el terreno que ahora quedaba bajo su responsabilidad. Venezuela dejó de llegar al campo costarricense  con tanto peligro y el resultado lució más seguro para los locales. No obstante, hay una lectura que no debe pasar por debajo de la mesa: Christian Santos no supo ubicarse en el terreno de juego. El campo se le hizo grande a Venezuela no solo por lo solitario que estaba su capitán, sino porque súbitamente parecía jugar con diez. La situación no es nueva: el delantero de la liga de Holanda ha tenido demasiados problemas para encajar en la selección. Entre todos sus partidos, solo ha sumado un puñado de minutos decentes; la mayoría de las veces, luce extraviado, no interpreta bien los movimientos de sus compañeros y se ubica en espacios en los que más que ayudar estorba; a eso se le suman –cada vez menos frecuentes– decisiones erradas con la pelota en los pies y acciones temerarias con la misma. A estas alturas, la interrogante se debería tener con resaltador fluorescente: ¿cómo aprovechar a un tipo que ha marcado un promedio de 20 goles en las últimas dos temporadas europeas?
  8. Desde los últimos años de Richard Páez, la Vinotinto actúa como el soltero que tiene un presupuesto muy limitado: si mejora la calidad de sus desayunos, empieza a almorzar mal y hasta deja de cenar; si paga la luz a tiempo, le cortan el cable; si sale a bailar una vez por semana, ese mes se endeudará con el condominio. Lograr un equilibrio entre lo que se quiere y lo que se necesita pareciera una proeza acorde a los niveles indescifrables de un videojuego. Venezuela se defendió con dignidad y poco a poco fue ganando peso en ataque. Con Otero y Juanpi en terreno rival –y con pocas probabilidades de ejecutar un pressing solvente en transición defensiva, por lo largo que era el equipo– si Costa Rica recuperaba le pelota y frenaba la contra visitante, los peligros para los venezolanos le recordaban a Dudamel que entre los defensas no había ningún crack: los uno versus uno defensivos suelen ser perjudiciales en la Vinotinto. El cotejo ganaba vértigo y emoción, pero Venezuela perdía el control de su destino. En el fútbol, el equilibrio tiene que ver con fortalecer una fase del juego sin perjudicar la otra. Lindo desafío tiene por delante el nuevo cuerpo técnico.

PD: Juan Pablo Añor tiene una técnica pulida en el mejor fútbol del mundo y una compresión táctica acorde al país en el que juega. Su consolidación en el Málaga ha ayudado mucho a la Vinotinto. Durante esta etapa formativa, el reto del jugador parece ser ampliar sus recursos para jugar en la mitad de la cancha: ser cada vez más y mejor mediocampista. Si evoluciona su universo táctico, Venezuela podría contar con un conductor inédito en sus filas. Los niños son la tendencia en la selección.