Sin fotógrafos ni cirujanos, el talento está en sus pies
Sin fotógrafos ni cirujanos, el talento está en sus pies
Femenino

Sin fotógrafos ni cirujanos, el talento está en sus pies

Lizandro Samuel
2016-03-18 10:59:02
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La Vinotinto sub 17 repitió su título como campeona del Sudamericano. El triunfo de las selecciones femeninas es un movimiento que transciende lo deportivo. En el país de las reinas de belleza, las nuevas heroínas sudan en abundancia la franela que defienden

Si usted empieza una lectura, sin saber quién es el autor, lo más probable es que asuma que el narrador es un hombre. Lo mismo ocurre en el fútbol: si hace diez años le hubiesen dicho que la Vinotinto goleaba, repetía título continental y clasificaba a una Copa del Mundo, seguro se imaginaba a Juan Arango, José Manuel Rey y el Pájaro Vera en primer plano. Lo que pasa es que la realidad trasciende los prejuicios. No solo los niños nacidos a finales de los 90 se fijaron en la selección de Richard Páez, también lo hicieron las niñas. El fútbol les corrió por la sangre y el resultado es el estruendoso éxito cuantitativo de las selecciones juveniles femeninas. Algo socialmente tan poderoso que corre el riesgo de pervertirse. Las voces que plantean una comparación entre los triunfos de las chicas y las derrotas de los hombres son tan peligrosas como un resentido en el poder. No es lo mismo la Argentina femenina sub 17, que la absoluta masculina que cuenta con el quizá mejor jugador de la historia. No obstante, la grandeza de los éxitos de las jóvenes vinotino las supera a ellas y a su entorno. A ver si nos entendemos, de unos años para acá las heroínas nacionales corren y sudan, en vez de usar tacones u operarse el busto. Venezuela es un país en que la mujer es un objeto de estimulación masculina. A forma de elogio, se dice que una periodista no solo es bella, sino que además es inteligente. El además representa un agregado, como si lo que viniera después estuviera en segundo plano; más preocupante aún resulta que eso se diga a forma de noticia. Se asume que todo hombre debe estar capacitado para su trabajo: no es novedad que un periodista tenga conocimientos sobre la fuente que cubre, ni que un futbolista dé pases certeros. Si se habla de una chica, el panorama cambia: es guapa –porque lo contrario sería un pecado– y, oh, ¡sorpresa!, además hace bien el trabajo por el que le pagan.

En la sociedad de los floreros con tacones y sonrisas impostadas, en la misma que los futbolistas profesionales para insultarse se tratan de homosexuales o féminas, las buenas noticias están llegando por cortesía de chamas que bailan tras marcar un gol, como quien celebra la vida. Mientras algunos retrógradas desprecian su trascendencia, pues llevan muy en la sangre eso de que el fútbol es cosa de hombres, convendría recordar que el legendario cronista Gay Talese, tan aficionado a los deportes como apático hacia el balompié, solo pudo engancharse con el deporte rey tras ver la final de la Copa del Mundo femenina de 1999. Su interés llegó a tales niveles que después viajaría a China persiguiendo la historia detrás de una jugadora. Sería interesante ver a la Vinotinto absoluta entrar en la elite del fútbol femenino, pero eso es un sueño tan lejano como clasificar a un Mundial absoluto de fútbol masculino. La precariedad de la estructura es tan marcada que cuando le pregunté a una ex mundialista por qué ese poder exhibido en selecciones juveniles no se traslada a categorías superiores, me respondió con poética pedagogía: porque las niñas se hacen mujeres. Al no existir la posibilidad de una carrera profesional llena de beneficios, la atención la empiezan a dirigir hacia los estudios y otras ofertas laborales. Venezuela es un país tan raro que pareciera tomarle el gusto a asesinar a su propio talento. Lo interesante es como el mismo surge a pesar de. Así como Richard Páez se inventó en su momento eso de que los venezolanos podían ser importantes con el balón en los pies, ahora un grupo de personas se sacó del sombrero la real posibilidad de que en la tierra de las bendecidas y afortunadas, las bombas sexys y las pasarelas llenas de sonrisas forzadas, las referentes de las nuevas generaciones tengan como mérito mucho más que el solo tener un preciso cirujano y un tenaz fotógrafo.