Otros personajes, misma crónica (Venezuela 1-0 Costa Rica)
Otros personajes, misma crónica (Venezuela 1-0 Costa Rica)
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Otros personajes, misma crónica (Venezuela 1-0 Costa Rica)

Lizandro Samuel
2016-02-02 19:30:37
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¿Qué debía suceder en el amistoso? Incluso si se piensa que algunos futbolistas pudieron mostrar destellos, lo hicieron en un contexto lleno de las falencias ya conocidas. Lo peor que puede pasar es que no pase nada, reza un dicho popular. Las interrogantes se mantienen

 “Esto pone a prueba al cronista: lo más arduo no es registrar lo que pasa sino sobreponerse a lo que no pasa”, Juan Villoro

 

  1. Si la oscuridad se asocia a las rachas negativas, se podría decir que nada genera tanta ansiedad como la falta de luz, y que, aun sabiendo dónde está el interruptor, presionar el botón de encendido se convierta en un relato digno de Homero. En la oscuridad, sin embargo, el mayor peligro es el tiempo: mientras más minutos se permanece allí, perderse es una actividad que se desarrolla con atroz e involuntaria maestría.
  2. Dejando la cancha de lado, Noel Sanvicente se vio ante un desafío al que solo podría haber hecho frente tras reunirse con Pep Guardiola y Luis Enrique: el amistoso contra Costa Rica bien pudo significar un suicidio mediático. Una derrota hubiese facilitado una nueva balacera verbal contra el cuerpo técnico. Pero Chita quiere avanzar, mejorar: el semblante de un DT en apuros debe transmitir convicción de triunfo. Visto desde otro ángulo, Costa Rica era una prueba interesante para observar a futbolistas poco habituales en la selección, ensayar con nuevos intérpretes e ir dibujando la convocatoria para la próxima doble fecha de Eliminatoria, en la que aún no se sabe con qué jugadores se podrá contar.
  3. No obstante, no se impuso ni uno ni otro escenario. Un dicho popular explica que lo peor que puede pasar es que no pase nada. Ser tan tajante es la antítesis a un buen análisis futbolístico, pero si las soluciones a los problemas sufridos en los últimos partidos ya están en la pizarra, en este amistoso no se vieron. Venezuela siguió su mismo modelo, con virtudes y fallas, acaso buscando parecerse un poco más a la versión de la Copa América, en la que el equipo ganó competitividad asumiendo que tener la pelota por varios minutos le podría jugar en contra. Esto no evitó que las limitaciones ya conocidas volvieran surgir. En la Eliminatoria, una de las cosas que más ha aquejado a Venezuela es su ineficacia en la fase de desarrollo y finalización del ataque posicional, es decir, cuando tiene la pelota en tramos altos de la cancha. Contra los ticos, estas falencias resaltaron de forma tan dramática que pese a tener dos hombres más en el campo la Vinotinto no pudo generar muchas ocasiones de gol. El tanto de la victoria, para colmo, llegó luego de una pelota parada.
  4. Los intérpretes eran otros, pero el genotipo fue el mismo. A Chita se le pueden achacar muchas cosas, menos la inconsistencia en las ideas. El modelo de juego, con sus variantes –fallidas o acertadas–, ha estado claro desde el principio. Cómo solucionar las interrogantes surgidas en los últimos cotejos es el verdadero desafío que ante Costa Rica, al menos para los que estamos afuera, no lució menos complicado que cuando finalizaba el 2015. Acaso exacerbó la duda de cómo competir sin ciertos nombres de peso, empezando por Tomás Rincón. El hoy capitán, por ejemplo, posee tal importancia en las transiciones defensivas que en su ausencia defender es una materia con amplias posibilidades de llevar a reparación.
  5. Si hasta ahora he explicado poco, con especificidad conceptual, de lo sucedido en los 90 minutos, no ha sido por capricho: sería didáctico definir el desempeño colectivo afirmando que la Vinotinto fue la de costumbre, con los mismos errores y menos virtudes –producto, en parte, de tener jugadores con menos recursos.
  6. El equipo no estuvo en buen nivel, lo que se extrapola al rendimiento individual. Ahora bien, juzgar por un solo cotejo es ingenuo. Hombres como Villanueva o Ponce es probable que sigan siendo sondeados; sobre todo el primero, en su condición de lateral izquierdo. Al margen de ellos, no está de más resaltar los gestos técnicos de Soteldo: si el análisis se basa nada más que en sus capacidades con la pelota, destaca la eficacia de cada contacto con la misma. Suave y fluido, de mantener la cabeza fría y los pies calientes seguirá teniendo oportunidades.
  7. Aunque con un triunfo en la maleta, lo más duro de asimilar para el cuerpo técnico quizá sea que no haya pasado (casi) nada. A falta de poco más de un mes para retornar a la Eliminatoria, la Vinotinto, en la práctica, mantiene las debilidades y necesita esclarecer la situación de los futbolistas “peleados” con la FVF. Se sepa o no dónde está el interruptor, conviene empezar, al menos, a prender algunas velas para alejar la oscuridad.
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