¿Sigue la Adecuación?
¿Sigue la Adecuación?
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¿Sigue la Adecuación?

Juan Pablo Chourio
2015-12-14 20:30:09
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Los mejores equipos de la temporada regular, Zamora y Deportivo La Guaira, alcanzaron la final del Torneo de Adecuación. Los conjuntos de Leo González y Francesco Stifano representan el pico de rendimiento de un campeonato de nivel reprochable

Minuto 71, saque lateral en ataque a favor de Zamora: Chiki Meza agarra la pelota e inmediatamente le hace un pase a Jonathan Copete. El colombiano se adentra en el área, le quiebra la cintura a Lucena y dispara. Renny, que se adelanta para evitar el centro, descuida el palo derecho y la pelota pasa la línea de gol.

Aquella tarde de mayo de 2011, en el Olímpico, Zamora obtendría el Torneo Clausura, su primer título de campeón. Una semana después, en la lucha por la Estrella, se enfrentaría al Deportivo Táchira en la final.

Desde esa experiencia, el equipo de La Carolina se ha instalado un chip ganador que solo hace falta activarlo para que empiece a funcionar. Tras el paso de Chuy Vera, el próximo técnico que levantó la euforia en la Burra Brava fue Noel Sanvicente: dos temporadas, dos estrellas.

Paralelamente a los éxitos de Zamora, Deportivo La Guaira pasó una transición complicada: cambió de nombre y, tras un año en el que casi desciende, la directiva decidió apostar por Leonardo González y Pedro Vera. Ambos lograron transformarle la cara al equipo. De las últimas tres finales que se disputaron (Torneo 2014/2015, Copa Venezuela 2015 y Torneo Adecuación 2015), La Guaira ha participado en dos. No era para menos, la plantilla y el nivel de juego que presenta el equipo del litoral son casi una garantía para pelear por títulos.

En este experimento que se llamó Torneo de Adecuación, se implementó el formato mexicano: campeonato regular más liguilla. En México suele suceder que los primeros clasificados no alcanzan el trofeo. Es por ello que algunos entrenadores, como César Luis Menotti y el Vasco Aguirre, critican el formato: no se premia la constancia ni la regularidad. Además, no permite que los equipos promuevan a jugadores jóvenes por lo corto de los torneos. Superar enfrenamientos directos es diferente a ganar una liga de largo aliento: Chelsea fue campeón de la Champions en la 2011/2012 y, en la misma temporada, se ubicó sexto en la Premier League.

En Venezuela los equipos no son constantes por varias razones: falta de proyectos deportivos –después de contar con los servicios de Richard Páez, Mineros contrató a Marcos Mathias en una muestra explícita de cómo los directivos no pretenden seguir una idea de juego–, múltiples altas y bajas en el mercado de fichajes y, por último, exportación temprana de los jugadores destacados. Al margen de estas consideraciones, la etapa final de este Torneo de Adecuación permitió que los dos primeros clasificados llegaran a los últimos dos compromisos del campeonato.

En la vuelta de la final, tras la victoria 2-0 de Zamora en la ida, se esperaba a un Deportivo La Guaira volcado al ataque desde temprano. Aunque en el primer tiempo el cuadro naranja manejaba la pelota, las virtudes defensivas de Zamora se impusieron para que Luis Curiel tuviera un comienzo de partido tranquilo. Cuando los visitantes lograban robar la pelota, emprendían una veloz transición ofensiva que desestabilizaba a la zaga guaireña, lo que permitía que Johan Moreno y Ricardo Clarke recibieran pases entre líneas.

Los errores en envío y recepción de balón estuvieron presentes en ambos equipos. Por ellos el partido tuvo poca profundidad. Tras la baja de Jorge Ignacio González, Luis Morguillo estuvo de central junto a Daniel Benítez. Morguillo, quien estuvo en el Porto, pedía la pelota y trataba de dar pases con sentido. Sin embargo, cada vez que le tocaba interceptar un balón aéreo, fallaba. 

En la segunda mitad, La Guaira mejoró e impidió que Zamora le atacara por contragolpes. La entrada de Javier García colaboró en ese aspecto. El arma para arribar al arco de Curiel fueron los centros que, cuando llegaban a un receptor naranja, no eran precisos.  En los últimos diez minutos, Darwin González –como cada vez que entra de cambio– fue subversivo y encarador. Desde el borde de área, pudo marcar el tanto de la esperanza.

El desenlace se prestaba para recordar el día que Wilker Ángel le robó el título al Caracas de Saragó. A falta de un gol para empatar el global, La Guaira lo intentaba por todos los medios. Fue en ese momento que, después de un centro desde la banda izquierda, Luis Martell tuvo la oportunidad de hacer el gol de su carrera. El balón se dirigió hacia él y la forma más idónea de pegarle era de chilena: ante la difícil decisión, y quizás por no querer hacerlo mal, Martell se quedó inmóvil.

La última jugada del partido presentaba a todo Zamora y La Guaira en el área barinesa. Mientras tanto, en el banquillo, Stifano y compañía empezaban a celebrar. Figuera era el encargado de cobrar el tiro libre en la mitad de la cancha. El balón fue en busca de una cabeza naranja pero no la encontró. Un despeje barinés le indicaba al principal el fin del partido. Zamora era campeón.

...

Durante todo el partido se evidenciaron las faltas y las continuas pérdidas de balón, detalles que muestran carencias de este fútbol que, aún en el partido más importante, con los equipos más sólidos y los jugadores más sobresalientes, siguen produciéndose. Todo el fútbol venezolona aún pareciera estar adaptándose a sobrevivir con deficiencias que cada año parecen acrencentarse en la misma medida en que las canchas se van deteriorando. ¿El 2016 también será de Adecuación?