Salomón y un equipo aburrido
Salomón y un equipo aburrido
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Salomón y un equipo aburrido

ForoVinotinto
2015-12-01 20:33:53
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El delantero venezolano se encuentra en un equipo que está lejos de ofrecer un fútbol de alto nivel.

Por Diego Sancho (@SanchoDiegoo)

 

En el año 2013, Fernando Amorebieta llegaba al Fulham. Era la primera vez que un club de la Premier League adquiría los servicios de un venezolano. Cuando el de Cantaura estrenó las redes en su nuevo equipo, se convirtió en la centésima nacionalidad que lo hacía en la competición. Venezuela decía presente en la liga más globalizada del mundo, la única de las “cinco grandes” del continente que faltaba por ser visitadas por botines criollos. Hoy Amorebieta intenta volver a esta categoría con el Boro.

El impulso de ganar en libras esterlinas –la moneda con más fuerza del mundo– atrae cada vez a más profesionales al Reino Unido.  Esta ventaja económica hace que los equipos de la Premier, en relación a los de otros países, puedan adquirir futbolistas a menor precio. Así fue cómo Salomón Rondón, luego de una temporada consagratoria en el Zenit, pudo mostrarse apto para semejante reto en su carrera. Y el West Bromwich le fichó. Llegó a una liga plagada de extranjeros. Los DT de la Premier son casi todos foráneos y sus plantillas también lo son. Hay un necesario choque de culturas, y eso repercute en los estilos de fútbol que se busca practicar en cada conjunto.

La mayoría de técnicos británicos dirigen franquicias de mitad de tabla para abajo. Clubes de poca tradición internacional que buscan apoyarse en la sabiduría nacional, no para batallar contra los consolidados de arriba, sino para mantenerse en la élite al menos una temporada más. El que más ha tenido éxito en el tiempo reciente es Tony Pulis. El hoy técnico de “Salo” solo ha encabezado equipos con evidente peligro de descenso y los ha salvado a todos con holgada diferencia. Entiende el folklore de los planteles que dirige y por eso crea un esquema eficaz para sacarlos del foso.

Los equipos del técnico galés se han desenvuelto generalmente bajo la misma filosofía de juego: el long ball football (algo así como fútbol de balones largos), porque sus elementos no suelen ser curtidos con el esférico en los pies. Esto engrana un estilo muy defensivo y de pocos goles que no gana partidos sin tensar cada músculo hasta los tres pitazos fúnebres. Entre sus principales conceptos a aplicar está el repliegue exhaustivo, no sufrir cuando no se tiene posesión; importante producción goleadora mediante la táctica fija, transiciones rápidas con pases largos, extremos con capacidad de desequilibrio y suficiente actitud para seguir con el procedimiento cuando llega un gol en contra.

Con carencia en los dos últimos ítems, la vinotinto de César Farías se manejaba bajo los mismos términos. Su selección fue eficiente porque ideó un plan para que no se notaran las deficiencias básicas a la hora de controlar la pelota. Una táctica del underdog que nunca compite ante equipos en buen momento y que no es la expresión futbolística más bella. Ahora, en su actual equipo, el protagonismo que pueda tener el ex Málaga solo puede darse en las pocas llegadas que genera el cuadro de Birmingham. Cierto es que es un "9" diseñado para este tipo de planteamientos, pero en Rusia tenía margen de maniobra superior y productividad goleadora acorde a un juego muy vertical. Rondón en el período eliminatorio pasado hizo 5 goles en 14 partidos; por Premier League lleva 3 en 12. Con estos números, el público venezolano se aburre frente a la televisión viendo como los compañeros de Rondón dan pelotazos hasta anotar. Y cuando lo hacen, cierran líneas.

La diferencia entre Pulis y Farías es la meta que trazan antes de iniciar sus períodos. Pulis prometió permanencia y actualmente está 8 puntos por encima de la zona roja de la tabla. Sus hinchas lo aman porque saben que sin él hubiesen sucumbido. Farías pretendía clasificar al Mundial, creando quiméricas expectativas que se diluían cada vez que recibía una lección de fútbol de los grandes del continente. Se disfrutaba del sabor de la victoria, pero nadie se preguntó si el planteamiento era vistoso o si era suficiente para sumar ante los rivales que sí sabían qué hacer con el balón. No lo era, como no lo es el del West Brom.