Idiosincrasia del futbolista venezolano

El jueves 30 de julio, del año en curso, se realizó el conversatorio: “Idiosincrasia del futbolista venezolano” en la librería Lugar Común de Caracas. Los invitados fueron Manuel Llorens –quien fue psicológo del Caracas FC, de las selecciones inferiores y absoluta de Venezuela– y Florencia Sardi –que trabajó en Unión de Santa Fe en Argentina y en el Atlético Venezuela como psicóloga–. El moderador del evento fue Lizandro Samuel, escritor y analista de fútbol.

El conversatorio se realizó con un estilo ameno y coloquial. En primera instancia, se abordó el rol de los psicólogos en el fútbol. Sobre todo en la sociedad venezolana que tiene varios prejuicios hacia estos profesionales. Los invitados dejaron claro que ellos no tienen la panacea para resolver problemas pero sí pueden, y tratan,  de dar soluciones. Gracias a la actividad, se logró entender que hay distintos roles que puede desempeñar un psicólogo dentro de un equipo: puede formar parte del cuerpo técnico, tal como lo hizo Florencia en el Atlético Venezuela, o puede trabajar desde la parte institucional.

Manuel Llorens, por su parte, compartió algunas anécdotas de cuando era psicólogo de la Vinotinto. Una de ellas hace referencia a los liderazgos. Cuando Juan Arango jugaba en Alemania, y había alguna fecha que tenía libre, iba a ver jugar a sus demás compañeros de selección que se encontraban en Europa. En contraposición, y para seguir ahondando con el tema del liderazgo, había jugadores de equipos venezolanos que, bajo la premisa de que tenían experiencia y jerarquía, consideraban que tenían ciertos privilegios y se jactaban de ellos para no cumplir ciertas normas.

Durante aproximadamente las dos horas que duró el conversatorio, también hubo espacio para conocer las ideas de Manuel y Flor con respecto al trabajo en grupo. Ambos expresaron la importancia del colectivo sobre las individualidades. La Vinotinto, durante los premundiales, se ha caracterizado por tener un grupo unido que la ha ayudado a alcanzar importantes objetivos. Las actuaciones de Tucanes de Amazonas y Trujillanos, por ejemplo, también relucieron.  

Sardi, quien nació y trabajó en Argentina, compartió algunos rasgos característicos que diferencian la cultura futbolística argentina de la venezolana. Por ejemplo, en su experiencia en el Atlético, notó más alegría y camaradería de los jugadores criollos que de los gauchos. Rasgo que coincide con una de las historias de Manuel. Cuando la Vinotinto aún no era mediática, ni la acompañaban los logros deportivos, los jugadores solían hablar de mujeres, música u otros temas de forma jocosa tras algún resultado adverso; cuestión lógica porque en ese periodo gris, comentar sobre lo ocurrido en cancha era tocar un tópico triste e incómodo.

Igualmente, se abordó el tema de la mentalidad de los jugadores y su forma de prepararse para el futuro. Josef Martínez y Alexander González fueron los únicos dos jugadores que aprovecharon las clases de inglés que facilitó el Caracas FC en cierta época. La formación extradeportiva también tiene una cuota de responsabilidad para  explicar por qué estos jugadores han llegado más lejos que sus compañeros. Otra punto de reflexión fue comparar al capitán de la selección sub-20 que fue a Egipto y a Salomón Rondón, jugadores de la misma grey y, hoy por hoy, realidades muy diferentes.

El equipo de Foro Vinotinto agradece a Florencia Sardi, Manuel Llorens, Carlos “Tato” Celis –fotógrafo del evento–, la Librería Lugar Común y a todos los asistentes por haber estado presente en un partido de ideas.

Hablando de fútbol, también podemos hablar de la vida.

Posdata: el conversatorio completo se subirá al canal de Youtube para que puedan escuchar, analizar y disfrutar de este evento. 

 

Lugar Común se llenó para presenciar el conversatorio

 

Algunos de los asistentes

 

Florencia Sardi fue psicóloga del Atlético Venezuela

 

Lizandro Samuel junto a los psicólgos Manuel Llorens y Florencia Sardi

 

 Manuel Llorens trabajó al lado de Lino Alonso, Noel Sanvicente, César Farías entre otros

 

*Todas las fotografías son de Carlos Tato Celis