Otros
El proceso cognitivo para el salto de calidad
En el ambiente futbolístico en sí, se soslaya la importancia del desarrollo intelectual del futbolista
Por Ricardo Andreutti (@rickyandreutti)
Han pasado muchos días, muchas horas de entrenamientos, muchas derrotas y, afortunadamente, más victorias aún. Muchísimos partidos en el banco, también muchos partidos disputados, por ende, una gran cantidad de minutos en cancha. Muchas charlas de sobremesa en concentraciones, y varias conversaciones enriquecedoras con gente de futbol desde el día en que formé parte de un plantel profesional hasta hoy.
He aprendido muchas cosas y he sacado muchas conclusiones del juego. Desde su ejecución y repercusiones, hasta los factores que influyen en su funcionamiento. Sin duda el talento, la habilidad y las actitudes forman parte de esos factores. Pero un proceso que es realmente importante y del que se habla muy poco, tanto en medios de comunicación, público general y desgraciadamente en el medio futbolístico en sí, es el Proceso Cognitivo.
Citó una definición sustraída de Internet de Proceso Cognitivo:
"La capacidad que permite desarrollar conocimientos recibe el nombre de cognición. Se trata de la habilidad para asimilar y procesar datos, valorando y sistematizándola información a la que se accede a partir de la experiencia, la percepción u otras vías.
Los procesos cognitivos, por lo tanto, son los procedimientos que lleva a cabo el ser humano para incorporar conocimientos. En dichos procesos intervienen facultades muy diversas, como la inteligencia, la atención, la memoria y el lenguaje. Esto hace que los procesos cognitivos puedan analizarse desde diferentes disciplinas y ciencias.
Lo que implica un proceso cognitivo es que una cierta información sea codificada por el individuo y almacenada en su memoria. Cada vez que una situación lo amerite, el sujeto puede recuperar dicha información y utilizarla de acuerdo a sus necesidades.
Tomemos el caso de la persona que aprende a leer y escribir. Una vez que desarrolla el proceso cognitivo necesario y se convierte en alguien apto para expresarse a través de la palabra escrita, podrá recurrir a dichos conocimientos cada vez que lo necesite".
¿Qué tiene que ver esto con el futbol? Para ubicarnos en ese contexto tenemos que saber cuál es la principal necesidad de la que hace referencia esta definición para el futbolista. La respuesta es simple, es tomar la decisión correcta. Es buscar la mejor opción en ciertas situaciones del juego. Es conocer la mejor salida ante una situación de apremio.
Si partimos del punto de que el entrenamiento es la sucesión de estímulos para estar preparados ante diversas situaciones del juego, entonces el Proceso Cognitivo es aquel que codifica y almacena esos estímulos para luego saber ponerlos en práctica el día de partido (nuestro lenguaje).
Puede que sea una capacidad que se estimule a diario. Pero si un jugador ya cumplió con todo el proceso de aprendizaje juvenil y no desarrolló esta vital herramienta, a mi parecer, sólo el tiempo y los minutos jugados podrán hacerle contrapeso positivo a esta falta de capacidad cognitiva, es decir, mero empirismo.
Es evidente que en países de altos niveles educativos e intelectuales son muy notables las diferencias entre sus sociedades y las nuestras. Esas diferencias son marcadas, generalizando, entre los futbolistas también. Precisamente por el entorno en donde crecieron y se desarrollaron como personas. Por eso, cada vez adquiere más fuerza la máxima el futbol es fiel reflejo de nuestra sociedad.
Lo que preocupa es que estamos cada vez mas inmersos en la mediocridad popular. En el desinterés general por las generaciones venideras. Los equipos de futbol pueden interesarse por estimular el desarrollo cognitivo del joven jugador, pero el jugador tiene que luchar contra su entorno. Un lucha constante entre lo que le dispone su desbarajustado entorno y los objetivos personales por cumplir. Hoy por hoy, estamos sujetos al crecimiento del adolescentes de una forma silvestre y empírica, con un estimulo intelectual precario.
De la única responsabilidad de la que se le pueda achacar al futbolista, asumiendo su madurez, es de su interés por mejorar su capacidad en Procesos Cognitivos. De resto, termina siendo victima de los escasos recursos y herramientas que le impiden potenciarse como jugador. Si el jugador de la mano con su entorno mejoran este factor determinante en el funcionamiento del juego, estoy convencido de que vamos a dar un salto de calidad considerable en generaciones futuras.
Si partimos del punto de que el entrenamiento es la sucesión de estímulos para estar preparados ante diversas situaciones del juego, entonces el Proceso Cognitivo es aquel que codifica y almacena esos estímulos para luego saber ponerlos en práctica el día de partido (nuestro lenguaje).
Puede que sea una capacidad que se estimule a diario. Pero si un jugador ya cumplió con todo el proceso de aprendizaje juvenil y no desarrolló esta vital herramienta, a mi parecer, sólo el tiempo y los minutos jugados podrán hacerle contrapeso positivo a esta falta de capacidad cognitiva, es decir, mero empirismo.
Es evidente que en países de altos niveles educativos e intelectuales son muy notables las diferencias entre sus sociedades y las nuestras. Esas diferencias son marcadas, generalizando, entre los futbolistas también. Precisamente por el entorno en donde crecieron y se desarrollaron como personas. Por eso, cada vez adquiere más fuerza la máxima el futbol es fiel reflejo de nuestra sociedad.
Lo que preocupa es que estamos cada vez mas inmersos en la mediocridad popular. En el desinterés general por las generaciones venideras. Los equipos de futbol pueden interesarse por estimular el desarrollo cognitivo del joven jugador, pero el jugador tiene que luchar contra su entorno. Un lucha constante entre lo que le dispone su desbarajustado entorno y los objetivos personales por cumplir. Hoy por hoy, estamos sujetos al crecimiento del adolescentes de una forma silvestre y empírica, con un estimulo intelectual precario.
De la única responsabilidad de la que se le pueda achacar al futbolista, asumiendo su madurez, es de su interés por mejorar su capacidad en Procesos Cognitivos. De resto, termina siendo victima de los escasos recursos y herramientas que le impiden potenciarse como jugador. Si el jugador de la mano con su entorno mejoran este factor determinante en el funcionamiento del juego, estoy convencido de que vamos a dar un salto de calidad considerable en generaciones futuras.
