El que admira a Neymar
Adalberto Peñaranda concretó su fichaje por el Udinese y su cesión al Granada
En algún momento declaró que su ídolo era Neymar. No era necesario, la evidencia lo expone: no solo lo imita en jugadas, sino hasta en la forma de caminar. De hecho, como si la biología le hubiese hecho un guiño, tiene una estructura ósea similar a la del brasileño.
Sus hombros anchos están acostumbrados a chocar contra el piso. Allí va a menudo. Si no le pueden quitar la pelota, cosa dificilísima, le hacen falta. También, de vez en cuando, hay que decirlo, se deja caer o se tira. Le gusta provocar y no solo con gambetas.
Sus defectos eran, en su mayoría, cognitivos. No entendía el juego. Luego del último Sudamericano Sub 20, empezó a dar grandes pasos en pro a corregir esta deficiencia. Fue entendiendo cuándo y dónde driblar, en qué momentos pasar y en qué momentos conducir. De a poco, los reclamos de sus compañeros de La Guaira, abundantes en el Apertura 2014, fueron mutando en aplausos durante el Clausura 2015.
Adalberto Peñaranda es desequilibrante. Y tiene gol. En el torneo local destacaba. Era, sin lugar a dudas, uno de los futbolistas con más posibilidades de emigrar. Su fichaje por el Udinese de Italia, y su ya confirmada sesión al Granada de España, certifican que en el extranjero hubo quienes pensaron igual.