Zamora FC, la vergüenza de Libertadores
Zamora FC, la vergüenza de Libertadores
Internacional

Zamora FC, la vergüenza de Libertadores

Julio César Blanco
2015-04-30 07:20:45
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El equipo de Barinas no pudo competir en el torneo internacional

La noche del 17 de marzo veía con incredulidad como caía el quinto gol de Boca Juniors. No porque fuese imposible perder, o porque el equipo argentino no pudiera hacerle cinco goles al flamante campeón de Venezuela (era el décimo que recibía en menos de una semana, en Libertadores), si no por lo doloroso que resultaba ver a unos jugadores, humanos como todos, en los últimos minutos del encuentro, resignados ante un equipo contra el que habían dado todo y al que no podían superar. Y fue algo que continuó en los dos partidos siguientes, ante Palestino 4-0 y Wanderers 3-0. Fue volver a ver la realidad de un fútbol que a base de resultados aislados o afortunados nos tiene creyendo en la posibilidad de ir a un Mundial.

Resultaba vergonzoso escuchar a los comentaristas argentinos hablando del Zamora, refiriéndose al mismo como un equipo que no había ofrecido ninguna resistencia a Boca Juniors. Que parecía un equipo de juveniles sin experiencia. Y me gustaría haber rebatido aquellos comentarios. Pero lo que observaba era injustificable. Marcelo Bielsa aseguró una vez que “El juego solo puede ser analizado desde tres puntos de vista: 1) La fidelidad al estilo, jugar de una manera cualquiera sea. 2) El dominio, quien posee la pelota. 3) La cantidad de llegadas. La más importante es la cantidad de llegadas, porque si un equipo no domina, pero llega, hay que admirarle… por eso hay gente que jerarquiza la posesión y hay gente que la desprecia, porque lo importante no son los porcentajes de posesión, lo importante es la cantidad de llegadas que usted obtiene”.

Y si sumamos y calculamos para ver de manera cuantitativa la actuación del Zamora FC, que dejó un promedio por partido de 7,8 remates y 3,5 remates a puerta, nos da una idea de lo poco que pudo llegar el Zamora al arco rival. La fidelidad al estilo de juego que había arraigado Sanvicente es casi nula. Y por el contrario en los últimos partidos el equipo hizo más faltas (17 a Palestino y 18 a Wanderers) y llegó aun menos al arco rival (dos remates a puerta y uno, respectivamente). Una realidad que desbordó a un equipo poco preparado. El entusiasmo que tenían los jugadores o el mismo Julio Quintero por jugar en Libertadores, de poco sirvió para recortar las inmensas diferencias con los rivales internacionales. Y es que a excepción de Jhon Murillo, todos los integrantes del equipo se vieron en evidente inferioridad, tanto individual como colectivamente.

Quintero defiende a sus jugadores y al proyecto. Y es comprensible hacerlo desde la posición en la que se encuentra. Aun con la pésima actuación en Libertadores, el Zamora está en el tercer lugar del Torneo Clausura, y quizás eso para algunos no sea tan malo. Es cierto que la plantilla tiene muchos jugadores jóvenes, o uno que otro proyecto de buen jugador. Pero esto va mas allá de los números, va mas allá de los promedios de edad o remates, y de los 0 puntos que sumó en Libertadores, o de los 33 que tiene en el torneo local (lo que sigue hablando mal del nivel de la liga).

Todo parece indicar que el Zamora que dejó Chita ha vuelto a ser otro caso de éxito a la deriva. Como lo parece ser también la sede propia que siempre exigió, cuando el equipo blanquinegro realmente competía.