Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
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Aunque la mona se vista de seda, mona se queda

ForoVinotinto
2015-03-22 19:28:05
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Un análisis sobre el cambio de formato del torneo local

Por Fernando Cámara (@fercamara86)

 

Hace unos días, los dirigentes de los equipos se reunieron en la Federación Venezolana de Fútbol con Laureano González y Gerardo Rivero para acordar el cambio de formato del torneo local. A partir del 2016, la temporada se disputará de enero a diciembre y no de octubre a junio. 

La división de Torneo Apertura y Clausura continuará. El primero iniciará en el primer mes del año y finalizará en mayo. Mientras que el segundo ocupará el segundo semestre y terminará en noviembre. Cada uno de ellos podría incluir un play – off como el que se usa en México, con el objetivo de vender mejor el paquete a la televisión teniendo más partidos decisivos. Aunado a eso, se estudia una expansión de 18 a 20 conjuntos en la primera división.

Un play – off puede dar mayor emoción al campeonato por los cruces de eliminación directa. Pero tiene un hándicap enorme: no premiaría a la mejor oncena del semestre y sí lo podría hacer con las escuadras que se encuentren en posiciones inferiores. Algo parecido al nuevo formato de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

¿Recuerdan el octogonal final que define dos cupos a la Copa Sudamericana? Bueno, en la temporada 2011-12 los dos peores cuadros (Táchira y Monagas) obtuvieron un pasaje al torneo continental. Al final, se premió la mediocridad. No es el deber ser.

Primero

Se debe aclarar que el aspecto cuantitativo no va de la mano con lo cualitativo. Es decir, una mayor cantidad de equipos no va a aumentar la calidad del torneo local. Para muestra un botón: David de Pasquale soltó hace días el siguiente dato: en las temporadas que jugaban 10 equipos (2004 – 08), tres veces se clasificó a octavos de final de la Copa Libertadores y cuatro se ocupó la última casilla del grupo; mientras que desde la expansión a 18 equipos (2009 – 14), solo en una oportunidad se clasificó a octavos de final y ocho veces la cuarta casilla ha sido ocupada en la fase de grupos.

Otro ejemplo: la actuación de las escuadras criollas en la presente edición de la Libertadores ha sido terrible, resaltando las cuatro goleadas escandalosas encajadas, Boca le marcó 10 dianas a Zamora en ambos cotejos y Táchira recibió 5 de Racing de Avellaneda y 5 de Guaraní en Paraguay.

Segundo

Pueden cambiar el formato y todo lo que quieran, pero mientras no mejoren la calidad de las canchas de juego y de entrenamiento, los equipos sigan sin sede propia, se paguen montones de dinero en salarios y no se invierta en estructuras, entre muchas otras cosas, la calidad del torneo no va a mejorar. El problema del fútbol venezolano es más de fondo que de forma.

Tercero

Existen aspectos como la multipropiedad. Sus nexos, intercambio de jugadores, vicios, etc, afectan directamente la integridad y la ética del certamen. Esta nueva estirpe de directivos termina haciendo más daño que beneficio. Sin olvidar que los sueldos estrafalarios que pagan algunos equipos rompen completamente el mercado y son como un pozo sin fondo porque no invierten en cosas a largo plazo (sede social, canchas de entrenamiento, instalaciones propias). Solo Caracas, Yaracuyanos, Atlético Venezuela, La Guaira, Metropolitanos, etc, tienen un lugar para trabajar a diario. Los últimos tres tienen un comodato y no es de su propiedad.

Cuarto

La gran mayoría (por no decir todos) de los inversionistas del balompié patrio no tienen preparación en gerencia deportiva y son provenientes de la política o empresarios privados que nunca han incursionado en este campo, lo que hace que les falte criterio al momento de tomar decisiones. Las precariedades del fútbol local son una muestra de la falta de capacidad de los dirigentes venezolanos.

Otro punto relevante es que un gran porcentaje de los equipos dependen casi completamente de una gobernación o alcaldía y no produce sus propios ingresos, lo que les otorga una existencia muy inestable.

 

El cambio de formato puede ayudar a mejorar muchos aspectos, pero no todos. El problema de fondo es más importante que el de forma. Debido a eso, como dice el dicho: “mona aunque se vista de seda, mona se queda”.