Adaptación (Japón 2-2 Venezuela)
Adaptación (Japón 2-2 Venezuela)
VinotintoPartidos

Adaptación (Japón 2-2 Venezuela)

Lizandro Samuel
2014-09-09 06:35:17
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Venezuela empató con Japón tras jugar un buen partido

  1. ¿Qué sabemos de los equipos de Chita? En defensa posicional utilizan la presión, ¿qué tipo de presión?, depende del contexto. En transición defensa-ataque buscan llegar al arco lo más rápido posible, aprovechando los pasillos laterales para crear espacios y generalmente atrayendo a toda la marca contraria mediante la conducción de un jugador que suele enfilar hacia el medio para liberar la banda o, si se lo permiten, rematar. En ataque posicional utilizan una dinámica constante y un ritmo lo más alto posible. Y en transición ataque-defensa buscarán realizar un pressing inmediato tras la pérdida: todos achicando espacios. El resto depende de los jugadores de los que disponga y, claro, del rival.
  2. Es que Chita es así, adaptación es la palabra que mejor lo describe. Si su volante de primera línea es Edgar Jiménez y el de segunda Darío Figueroa, pues habrá que buscar un juego más asociado que directo, siempre apoyados en la inteligencia de un delantero como Rafael Castillin. Si, por el contrario, dispone de Pedro Ramírez y de Ricardo Clarke, promoverá un juego más vertical buscando permanentemente el uno contra uno en zona 4, para acabar en pases a un nueve como Juan Falcón. ¿En una selección? El pragmatismo cobra mayor sentido: puede escoger el modelo (Es un mito eso de que en la selección juegan “los de mejor momento”, lo hacen los más útiles para la idea del DT) y variarlo según lo permita la plantilla y el rival.
  3. ¿Estudió Chita a Japón? Mucho. A diferencia del partido contra Corea el equipo no se paró tan alto en defensa posicional; se mantuvo durante todo el primer tiempo el dibujo 4-2-2-2 en todas las facetas de juego y los volantes de segunda línea –Seijas y El Lobo– jugaron principalmente por fuera. ¿Por qué? La defensa nipona no resulta ser muy hábil en la elaboración; por el contrario, los volantes ofensivos son un lujo de velocidad, intensidad y dinámica. Parar el equipo alto, en un principio, era permitirle más facilidades a la ofensiva rival, pues la salida sería principalmente larga y orientada hacia las bandas, lo cual no hubiese supuesto mayor peligro con defensas que tuvieran una capacidad de anticipación más alta que la de Perozo y Cichero, y más velocidad en carrera que Vizcarrondo, pero no era el caso. Sin embargo, con dos hombres construyendo la primera línea de presión, Salo y Mario Rondón, a partir de su mitad de cancha y con dos líneas de cuatro detrás de ellos, resultaría (Y así fue) más sencillo controlar a los japoneses, además de que debido a la misma incapacidad del rival para elaborar juego en zonas bajas, los centrales se conseguían sin mayores idea que regalar la pelota en largo (No había demasiado espacio para una posible recepción en carrera) o tratar de hacer lo que no sabían: mover el balón de un lado a otro en búsqueda de abrir a una excelente Venezuela. Lo último no sucedía, más bien, si se producían más de tres toques en salida por parte de Japón, Mario –inteligente, intuitivo– o Salo –luchador, casi siempre ganó los duelos– olfateaban la posibilidad de fallo, iban hacia adelante y provocaban errores.
  4. Igualmente, si a Japón se le ocurría empezar las jugadas en corto en su propio campo (Cosa que por propia sabiduría casi nunca sucedió) Venezuela presionaba alto, en zona 4 de ser necesario; esto se repetía en los saques de banda. Mediante esta fórmula la Vinotinto creó varias ocasiones tras recuperaciones en campo rival.
  5. En el ataque posicional se jugó diferente que frente a Corea. El arco rival era buscado con mayor rapidez y desde las bandas. Con El Lobo y Seijas jugando por fuera la idea era aprovechar el espacio dejado por los laterales nipones y desde ahí servir de buenos balones a Mario y Salo. También, claro, si la jugada lo ameritaba, los laterales se proyectaban para generar superioridad por las bandas o bien crear amplitud en zona 3 y 4 para encontrar profundidad.
  6. Otra cosa que caracteriza a los equipos de Chita es que sus jugadores están obligados a pensar. Parecerá una obviedad, pero en el torneo local a veces las cosas salen porque sí. Los jugadores de más alto nivel se diferencian del resto por sus cualidades mentales; dentro de una cancha todo tiene un porqué y un balón largo sin sentido es garantía de una ocasión en contra futura. En el minuto 37 Dani Hernández recibe un balón comprometido, Japón presiona; él, con sobriedad, se perfila de izquierda a derecha, no ve jugadores colindantes libres y juega hacia la segunda línea en la banda derecha, con Alexander González. Dentro de la cancha solo hay una pelota, por eso, aunque muchos lo olviden, conviene cuidarla.
  7. En el segundo tiempo Japón corrige. El partido ofrece diferentes variantes tácticas. Si bien los locales no pueden corregir durante el partido las deficiencias en la elaboración en salida (Esto requiere entrenamiento y quizá otro tipo de centrales), suman un hombre más en la defensa durante el ataque posicional en zona 2; de este modo pretendían generar superioridad numérica en salida. Lo hacen y desestiman la primera línea de presión venezolana. ¿Qué hace Chita? Adaptación. Tras varias jugadas en la que la presión se muestra descoordinada y Japón encuentra facilidades para moverse en su zona 3 (Zona 2 venezolana), Venezuela cambia su dibujo en defensa posicional en zona 3 a un 4-3-3: forma una primera línea de presión en las bandas; por la izquierda Seijas-Mario-Salo, por la derecha El Lobo-Salo-Mario. Si la pelota va para zona 4, el 4-2-2-2 se mantenía y solo los dos puntas iban a presionar.
  8. Por estas variantes el partido encontraría el punto más alto de emoción: ambos equipos producían ocasiones. Venezuela llegó a tener algunas posesiones bien elaboradas. Ambas oncenas terminaron apoyándose en sus virtudes y desnudando algunos defectos en pro a irse con la victoria. Empataron.
  9. ¿Cumplió Rosales como volante de primera línea? Sí. Igual, es prematuro hacer un juicio al respecto. La propuesta de Venezuela lo ayudó a desplegar su inteligencia táctica y a apoyarse en el buen desempeño de Alexander y Tomás para tapar los espacios. ¿Funcionará Rosales cuando la intención sea controlar el juego con la pelota y lograr posesiones más largas? No lo sé, solo el experimento lo dirá. Lo que sí demuestra Chita es una congruencia inmensa en pro a las variantes del modelo: quizá jugará Edgar, Acosta, no sé si Seijas (Creo que para que él pueda jugar como volante de primera línea el equipo debe ser muy corto, presionar alto y procurar tener la pelota; ahí su aporte puede ser muy útil, como en Santa Fe, de lo contrario, se desnudan sus carencias) y Rosales, o cualquier otro, en función a cómo se quiera jugar.
  10. En el libro Pep Guardiola. Otra manera de ganar de Guillem Balagué, el autor cuenta como en un partido de la segunda mitad de temporada del primer año de Pep en el Barcelona, Iniesta estuvo cerca de marcar un gol que acabó desviado por muy poco; Pep notó en el banquillo a los jugadores que ya se habían levantado a festejar para luego exhibir su frustración. No todos se levantaron, no todos se emocionaron ante la posibilidad de gol. Los que actuaron con indiferencia la siguiente campaña ya no estaban con el equipo. Frente a Corea, los jugadores venezolanos se mostraron muy afectados al sentirse inferiores; contra Japón, la celebración en los goles, la frustración tras cada error, el cuerpo de Perozo yendo al piso tras el segundo gol de Japón, la intensidad con la que se corrió más los ánimos con los que se asumieron los cambios, dan la impresión de un grupo muy comprometido, un grupo casado con el entrenador. De momento eso será un activo muy importante, ojalá dure tal estado de compromiso.

 

PD: nota muy positiva para Mario Rondón, un jugador no muy usado en el ciclo pasado y que quizá fue el de mejor rendimiento en estos dos amistosos. Por otro lado, si algo tendrá que mejorar para que las ideas de Chita carburen es el torneo local. No se juega ni a la mitad del ritmo que Chita propone en la selección; pocos equipos buscan una dinámica de intercambio posicional y salidas tan elaboradas como las planteadas frente a Corea, o siquiera una intensidad tan alta como la vista contra Japón. Para que la selección mejore, hay que cuidar también del fútbol que se juega domingo a domingo en el país.

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