Vallita es hincha del Margarita
Vallita es hincha del Margarita
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Vallita es hincha del Margarita

Ernesto Contramaestre
2014-09-07 21:48:09
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Los insulares hicieron historia eliminando al doble veces campeón de la Copa Venezuela, pese a perder en la vuelta 3-2

Nunca una victoria tuvo un sabor tan amargo. La marea que se trajo el Margarita FC desde Nueva Esparta llegó a costas orientales, específicamente al Estadio José Antonio Anzoátegui, donde la visita hizo historia y eliminó a los campeones de la Copa Venezuela de los años 2012 y 2008. No hicieron honor a sus dos títulos coperos.

Lo que sí logró el DANZ fue prolongar su hilo de infortunios, en menos de un mes cayó a plomo en la Copa Sudamericana, Copa Venezuela y no se pronostica que batalle por el Torneo Apertura, donde suma dos derrotas en tres partidos.

“En este juego Vallita está de nuestro lado”, dijo un fanático ataviado con una casaca del Anzoátegui. Nunca estuvo más equivocado. No contó con que la Virgen del Valle es hincha a muerte del club que la lleva estampada en su pecho, al borde del corazón.

El humilde equipo isleño viajó en Ferry la noche del día sábado, llegaron a la ciudad de Puerto La Cruz con un tsunami de sueños a cuestas. La fuerza fue tal que las olas inundaron la paciencia de los fanáticos del Anzoátegui, que indignados con el desempeño del equipo, lanzaron –y lanzan– duras críticas contra la directiva y el desventurado cuerpo técnico.

Ruberth Morán salió con un planteamiento inédito, su once estaba conformado con un 3-4-3. En la zaga: Diego Araguainamo, William Díaz y Juan Fuenmayor, los tres con un gran responsabilidad, defender y sí era posible, soltarse y atacar por la banda. En el ataque: Luis Castillo, delantero con buen presente en el equipo “B”; Manuel Arteaga y el juvenil Antonio Casanova.

Como era de esperarse el Anzoátegui atacó por todos lados, se encomendaron a las subidas rampantes de Roberth Hernández por la banda derecha, aparte de eso, no se mostró nada nuevo. Margarita fue poco efectiva en la defensa, pecaron con errores infantiles. Un equipo con más osadía hace fiesta en el arco margariteño. Vallita parecía estar bajo los tres palos del arco sur.

Los locales llegaban pero sus intentos quedaban estériles, un error del arquero Jhonathan Acosta fue la espita para el gol del Anzoátegui. Luis Castillo logró cabecear un centro de Evelio Hernández para poner el 1-0. La celebración en el banquillo local fue cauta, conteniendo cualquier muestra de alegría. El público sí festejó y por un momento la alegría volvía a las gradas del "majestuoso".

Margarita se veía frágil en el campo, como si el Irán que enfretó a Argentina en el Mundial hubiese encarnado en los insulares. La imagen era identica a ese juego, el Anzóategui arrimó contra las cuerdas a la visita y estos se defendían como si no existiera mañana. Lo que no tuvo el local fue un Messi.

La lluvia empezó a caer y los pocos fanáticos que asistieron se refugiaron bajo techo. Era un vendaval. Y por primera vez en mucho tiempo las sillas del estadio se limpiarían. Era una bendición de la patrona, la única que le mandaría a los anzoatiguenses. Margarita se inyectó valentía y atacaron con más orden, en un desliz defensivo del Anzoátegui, Jilson Ortiz lanzó un centro desde la izquierda y encontró la cabeza de Jhon Velásquez. La celebración sí fue efusiva, todo el banquillo suplente se levantó, la esperanza, en ese momento, les caía en forma de aguacero.

Los desastres no vienen solos y menos para un equipo con una actualidad tan gris como la del Anzoátegui. Yohan Cumana cometió una falta dentro de su área y Jesús Álvarez capitalizó para los insulares. Marcador a favor del Margarita y la palabra utopía era realidad para los aurrirojos.

"Entonces, como que al final Vallita no está de nuestro lado", debió pensar el fanático del Anzoátegui, un poco más desganado.

Anzoátegui volvió al desorden que mostraron al inició del compromiso, y con esa premisa intentaron marcar los dos goles que necesitaban. Las anotaciones de William Díaz y de Edwin Aguilar se transformaron en la máquina que mantuvo con vida al equipo en su agonía copera. La Impertinente, que vino disminuida para este juego, pasó rápido de la histeria a la euforía.

La alegría se esfumó en cinco minutos, la muerte del agónico se consumó. Edixson González subió a buscar para intentar aportar en la última jugada del Anzoátegui, pero el centro deslucido se perdió por un costado. Margarita hizo historia, sus jugadores se arrodillaron y con las manos hacía el cielo le dieron gracias a su patrona. El equipo le dio su mejor homenaje a  unas cuantas horas de su día.

Frustración

Con rabia abandonaron la cancha los jugadores del Anzoátegui, iban vociferando lo primero que se les venía a la mente. “…Para que vengan a pitar bien la próxima vez en esta vaina”, fueron las palabras de Juan Fuenmayor hacía la terna arbitral. Por otro lado, algunos integrantes de La Impertinente invadieron el campo, buscando drenar su molestia. No pasó a mayores gracias a la rápida actuación de los policías. Tenían como misión encarar a Ruberth Morán, él logró escabullirse.

Los margariteños se alistaron rápido, la celebración sería en el ferry que los llevaría de vuelta a su isla. El lunes es el día de la Virgen del Valle y al parecer no le gustó la feria en Lechería, no le agradó el reggaeton; prefirió los galerones y una celebración con los suyos.

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